Manuel Calvo Temprano es madrileño de nacimiento pero zamorano de corazón como terracampino de Manganeses de la Lampreana, donde nacieron sus padres. Allí vuelve cada vez que puede, conserva buenos amigos y ni la distancia ni el trabajo le han separado sentimentalmente de ese territorio de la infancia. Siempre vinculado al Medio Ambiente, en agosto fue nombrado director general de Recursos Naturales del Principado de Asturias.

-Está al frente de una Dirección General encargada de proteger los espacios naturales, abundantes en Asturias. Desde su experiencia y mirando a los espacios protegidos en Zamora, ¿es complicado conseguir un desarrollo sostenible del territorio, armonizar los intereses de la población con la conservación?

-No es complicado si a la población se le informa debidamente y se le hace partícipe en los diferentes trámites de participación e información pública para la declaración de los espacios protegidos y la elaboración de los instrumentos de planificación y gestión. La información debe ir dirigida fundamentalmente a que la población comprenda que los objetivos de la declaración de un espacio natural protegido, no sólo tienen que ver con la conservación de los ecosistemas y recursos naturales que albergan, sino que incluye la mejora de la calidad de vida de los habitantes mediante medidas de dinamización y desarrollo económico, así como de infraestructuras y equipamientos, dirigidas especialmente a las actividades relacionadas con el uso público, el turismo, la selvicultura, la ganadería y agricultura tradicionales, la caza y la pesca. En definitiva, una adecuada política de conservación nunca debe hacerse de espaldas a la población que habita en el territorio.

-Esa deseable armonía genera con cierta frecuencia conflictos porque la población no comprende las restricciones que se imponen sobre un territorio que han habitado toda su vida. ¿realmente los espacios protegidos necesitan tanta regulación?

-Actualmente cualquier actividad económica y social, incluida la conservación del medio ambiente, está sometida al cumplimiento de unas normas en el marco legislativo comunitario, estatal, autonómico y local. Si a eso añadimos que en un mismo territorio confluyen varias categorías de espacios protegidos, la situación se complica aún más. En este caso la Administración competente, a la hora de elaborar los instrumentos de gestión, deberán tener muy en cuenta las diversas actividades agropecuarias tradicionales y las necesidades compatibles con la conservación para que estos instrumentos de gestión no supongan una limitación añadida para la población local más allá de la establecida por la normativa sectorial. Generalmente, esto es motivo de confusión porque, independientemente de que un territorio sea o no espacio natural protegido, es la normativa sectorial, de obligado cumplimiento, la que establece gran parte de las limitaciones.

-Uno de los problemas es la presencia de la fauna salvaje. En Zamora es constante el conflicto con el lobo, ¿cómo se resuelve desde su experiencia la pervivencia de la especie con los intereses de los ganaderos?

-Un plan de gestión del lobo debe basarse en conocimientos científicos actualizados y contrastados, criterios técnicos y planteamientos de compatibilidad con el desarrollo de las explotaciones agrarias. Dicho plan debe evitar en lo posible los daños en las cabañas ganaderas, mediante actuaciones como la extracción de ejemplares de lobo, de forma que se mantenga un nivel poblacional adecuado en un estado de conservación favorable, y realizando una correcta compensación de los perjuicios a particulares. Finalmente, se trata de favorecer una valoración pública positiva de la especie de modo que esta pueda llegar a ser un elemento al servicio del desarrollo rural y aceptada por la sociedad en su conjunto.

-En Asturias llevan más recorrido que Castilla y León ya con el segundo plan de gestión del lobo, ¿han conseguido que los ganaderos reciban indemnizaciones por daños y que la tramitación de las mismas sea ágil?. Aquí ambos aspectos no consiguen poner de acuerdo a la administración con las organizaciones agrarias.

-La Administración del Principado de Asturias, tanto con el primer como con el segundo plan de gestión del lobo, abona a los titulares de las explotaciones agrarias los daños producidos por el lobo. Las indemnizaciones son directas con tasación del daño a precios de mercado, según el baremo elaborado por el órgano competente en materia de ganadería de la Administración del Principado de Asturias, con un incremento del 10% sobre el valor de tasación cuando los daños se producen dentro de los Espacios Naturales Protegidos. El segundo Plan de Gestión del lobo aprobado en marzo de este año continúa con la misma política de indemnizaciones por daños causados a la ganadería, pero establece los mecanismos necesarios para agilizar al máximo la tramitación, con el objetivo de alcanzar que el pago de las correspondientes indemnizaciones se realice en un período máximo de 15 días cuando exista acuerdo entre la Administración y el damnificado o que el expediente se resuelva en un plazo máximo de 45 días en caso de disconformidad con la cuantía de la indemnización.

-Una de las quejas de estas organizaciones es que no se cumplen los cupos de control del lobo, ¿sería necesario aumentarlos en una especie que parece en expansión?

-Los cupos de extracción son estimados a partir del análisis de los datos poblacionales recogidos, la evolución del número de los daños y la evaluación del grado de conflictividad social existente, así como de la disponibilidad de posibles presas silvestres. Por lo tanto, no sería necesario aumentar los cupos, sino optimizar los métodos de extracción a emplear en cada caso, así como realizarlos en las épocas más apropiadas, aunando criterios biológicos y de eficacia.

-¿Qué nos puede decir de esa evolución de la población de lobo ibérico en la península?

-Se estima que la población noroccidental de lobo de la Península Ibérica ha sufrido un notable proceso de expansión desde la década de los setenta del siglo pasado, momento en el que había alcanzado su mínimo histórico de distribución. En la actualidad esta población consta de más de 2.000 ejemplares y presenta una distribución continua en todo el cuadrante noroccidental peninsular. La población ibérica actualmente está integrada por más de 300 manadas o grupos, de los cuales del orden de 30 campean por Asturias.

-A parte del lobo existe una superpoblación de ciervos y ungulados en general (también jabalíes) que buscan alimento ya hasta en los mismos pueblos y generan cuantiosos daños en las cosechas; ¿es necesario controlar las poblaciones, cómo cree usted que se resuelve este sobredimensionamiento de la fauna, aquí muy apreciable en la Sierra de la Culebra?

-Es necesario controlar las poblaciones de especies de caza mayor para prevenir perjuicios importantes a los cultivos y los bosques en todos los terrenos cinegéticos. Hay actuaciones como realizar descastes sobre hembras, con objeto de controlar el incremento excesivo de ejemplares de una población y una especie determinada. También pueden llevarse a cabo aquellas medidas que sean necesarias (aguardos y batidas) si no hay otra solución satisfactoria y sin que esto suponga perjudicar el mantenimiento en un estado de conservación favorable de las poblaciones afectadas. Asimismo, los titulares de la gestión de terrenos cinegéticos también pueden presentar planes de control que lógicamente deben ser aprobados por la Administración. No obstante, se deberían estudiar y autorizar casos particulares por daños producidos por estas especies.

-Los accidentes de fauna son otra consecuencia de esa superpoblación. Seguramente que conoce el problema generado en la carretera N-525, de Zamora a Sanabria, donde los siniestros son casi diarios. ¿Ocurre lo mismo en Asturias, que soluciones tiene?

-Ocurre lo mismo en Asturias y en cualquier zona de España donde es abundante la presencia de especies de caza mayor. Los órganos competentes en materia de caza no pueden dar respuesta a este problema puesto que la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial deja muy claro que la responsabilidad de los daños es del conductor del vehículo. Sin embargo, esta norma determina como responsable al titular del aprovechamiento cinegético o, en su defecto, al propietario del terreno, cuando el accidente de tráfico es consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes del accidente. También puede ser responsable el titular de la vía pública en la que se produzca el accidente como consecuencia de no haber reparado la valla de cerramiento en plazo, en su caso, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentalidad por colisión de vehículos con los mismos.

-El aprovechamiento cinegético es una riqueza para los espacios protegidos pero también genera problemas como la responsabilidad de los cotos en daños o accidentes, el furtivismo? ¿quizás derivados de una gestión mejorable?

-La situación económicamente difícil por la que están pasando algunas sociedades de cazadores adjudicatarias de cotos de caza como consecuencia del coste de guardería y vigilancia y de la indemnización de daños ocasionados a los cultivos por las especies cinegéticas, la disminución del número de socios por falta de relevo generacional o, simplemente, por efecto de la crisis económica, plantea la búsqueda de soluciones para mejorar su gestión. Y pueden ser la agrupación de cotos, el aumento de la relación de superficie por guarda en un ratio adecuado y la dotación de líneas de subvenciones a estas sociedades que ayuden a la prevención y a la indemnización de daños por especies cinegéticas.

-Los ayuntamientos a veces se quejan de no tener la voz deseada en las juntas rectoras de los Parques y Reservas, ¿que papel piensa que deben desempeñar?

-Los Ayuntamientos como administradores de los intereses del municipio así como entidades propietarias de muchos montes públicos y representantes de los núcleos rurales existentes en el ámbito territorial de los Parques y Reservas, deben jugar un papel muy importante en todos los órganos de gestión de los espacios protegidos. Tanto en los órganos ejecutivos como son las comisiones rectoras como en los órganos consultivos como es el caso de las juntas rectoras. Así en el caso de los Parques Naturales del Principado de Asturias, las corporaciones locales, entre las que se incluyen los Ayuntamientos y las Parroquias Rurales, tienen una representación del 50% en la comisión rectora y del 33% en la junta rectora.

-Como director-conservador que fue del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa vivió la experiencia de la declaración de este Espacio como Reserva de la Biosfera. Zamora acaba de conseguir lo mismo en el territorio de Arribes del Duero, ¿desde su experiencia cómo se va a beneficiar el espacio de esta catalogación?

-La declaración por la Unesco de la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica supone un reconocimiento y promoción nacional e internacional del territorio, con el consiguiente incremento del turismo, que se traducirá en mayores ingresos derivados de actividades económicas asociadas al turismo y supondrá una mejora de rentas para la población local, poniendo freno al despoblamiento, fijando población y manteniendo las actividades tradicionales. Se dispondrá de financiación de proyectos específicos y supondrá un incremento de trabajos de investigación y de educación ambiental ligados a la reserva de la biosfera. Además, existen otros beneficios de pertenecer a la red española e internacional de reservas de la biosfera como el intercambio de experiencias y de información, las acciones comunes de apoyo a las reservas de la biosfera y el estímulo de ver como otras reservas han resuelto problemas.

-Existe el temor en ciertos sectores de que sean mera palabrería y se duda de los efectos sobre la población. ¿Cómo ha cambiado Las Ubiñas desde que es Reserva de la Biosfera?

-Los beneficios no solo derivan del mero hecho de que un territorio haya sido declarado Reserva de la Biosfera. Todos los sectores implicados en la gestión del mismo, tanto los gestores de la Reserva de la Biosfera como las administraciones locales y los participantes y agentes afectados deben implicarse y conseguir recursos y promoción para el territorio. La Reserva de la Biosfera de Las Ubiñas-La Mesa ha tenido mucha proyección turística desde su declaración, a lo que ha contribuido una gran promoción a través de internet, la mejora de la señalización y la edición de material divulgativo. Desde su declaración en el año 2012 se han financiado diversos proyectos relacionados con la conservación de ecosistemas y del paisaje.

-La crisis ha hecho mella en las inversiones en los espacios protegidos, al menos aquí que dependemos de la Junta de Castilla y León. ¿Ha ocurrido lo mismo en Asturias?, ¿teme que ese recorte de fondos sea irrecuperable?

-En el Principado de Asturias, la dotación presupuestaria en materia de inversiones y subvenciones ha disminuido en los últimos años y así queda reflejado en las memorias de gestión de los parques naturales. Sin embargo, en la propuesta de presupuestos de los espacios naturales protegidos del año 2016, la inversión destinada a infraestructuras y bienes destinados al uso general supone un incremento de más de un 40% y las subvenciones a las corporaciones locales supone un incremento del 100% con respecto al año 2015. Además, en el año 2016 se recuperan las subvenciones dirigidas a asociaciones y particulares que residen en los Parques Naturales y que no se concedían desde el año 2010.

-Por último, como terracampino de sangre y originario de Manganeses de la Lampreana seguro que conoce muy bien la Reserva de las Lagunas de Villafáfila, ¿qué destaca de este Espacio, están aprovechadas sus potencialidades tanto en la propia Reserva como en sus alrededores?

-Este espacio protegido se caracteriza por ser un complejo lagunar de carácter salino, estacional y estepario en el que habitan un gran número de aves esteparias y aves acuáticas invernantes y migratorias. Desde hace muchos años goza de un gran reconocimiento al estar incluido como Zona Húmeda de Importancia Internacional (Convenio Ramsar) y haber sido declarado Reserva Natural por la Junta de Castilla y León, Zona Especial de Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), estas últimas en el marco de la Red Natura 2000. De estas potencialidades, reconocidas por la comunidad científica, naturalista, ornitóloga y toda la sociedad en general, se ha beneficiado sobretodo, el sector hostelero y los alojamientos rurales de los pueblos del entorno, que han aumentado en las últimas décadas, debido al reclamo que ofrece los recursos naturales de este espacio protegido.

-¿Qué destaca de los espacios protegidos zamoranos, tan diversos como distintos, Desde los Arribes del Duero, la Sierra de la Culebra, El Lago de Sanabria o las Lagunas de Villafáfila? ¿En opinión Zamora aprovecha este potencial natural?

-Los paisajes de estos espacios naturales protegidos, sus ecosistemas, su fauna, su flora, su biodiversidad, la forma de vida, la identidad cultural y el sistema socioeconómico de sus habitantes y sus pueblos, las viviendas y construcciones, mayoritariamente asociadas a la actividad agrícola y ganadera, y los valores etnográficos que poseen son muy diferentes entre sí, pero a la vez les hace ser únicos y merecedores de ser visitados y conservados. Por lo que yo conozco, además de la gran promoción que tienen dichos espacios fuera de la provincia de Zamora, se han desarrollado actividades económicas alternativas importantes y, en muchos casos, complementarias con las actividades tradicionales, que han generado numerosos puestos de trabajo entorno al uso y disfrute de los recursos naturales de dichos espacios.