A menos de un mes de la Nochebuena, Asaja ha advertido que "es en este momento cuando las administraciones tienen que redoblar sus controles para evitar que un año más se importen descontroladamente corderos para inundar el mercado y hundir los precios en un momento vital para los ganaderos de Castilla y León".

Las importaciones de ovino en Castilla y León procedentes de comercio intracomunitario suman anualmente unas 250.000 unidades, pero lo peligroso es que se concentran principalmente en las fechas prenavideñas, en las que llega más de la mitad de esos corderos (alrededor de 150.000), procedentes en casi un 90 por ciento de Francia y el 10 por ciento restante de Portugal.

Asaja advierte que estos animales importados son de razas no enfocadas a la producción de carne de calidad, por lo que tienen un precio más bajo que el del lechazo autóctono. Esa entrada de corderos "tiene por único objetivo presionar a los ganaderos de ovino de la región y obligarles a vender por debajo de costes a sus lechazos", aseguran.