La incursión de la fauna salvaje en la carretera nacional 631 y el riesgo que supone la presencia de ciervos en esta vía de comunicación volvió ayer a ponerse de manifiesto con la muerte de un ejemplar de cierva, que quedó finalmente tendida en uno de los márgenes.

El accidente ocurrió, según algunas fuentes, de madrugada, y el conductor optó en este caso por seguir tras sufrir el siniestro para dar cuenta de mismo a la aseguradora, si cuenta en la suscripción de la póliza con esta eventualidad, o para cargar con la responsabilidad de los arreglos por cuanto que la carretera está señalizada y no eran fechas de actividad cinegética.

Niebla y control

La presencia de la niebla que resta visibilidad a los usuarios de la vía es otro de los problemas añadidos que estas fechas sufren los conductores que circulan por un trazado cruzado de un lado a otro por decenas de animales.

La N-631 bordea parte de la zona noreste de la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra y desde la siembre de los cultivos y la maduración de los mismos las parcelas son el escenario preferido de los ungulados, que se dejan ver con total normalidad y en sorprendentes manadas en las parcelas de uno y otro lado de la N-631. La cadencia de accidentes (en esta vía se cifran en 1,5 por día) ha llevado a los alcaldes y a las organizaciones agrarias a reclamar un mayor control de la fauna por parte de Junta de Castilla y León, especialmente del número de ciervas.