Juan Gallego Baz, el más histórico y prestigioso sastre artesano de capas pardas alistanas recibió ayer un merecido y emotivo homenaje póstumo de sus paisanos alistanos, de toda Zamora, allí en Bercianos, pueblo que fue su cuna y morada, su casa y sastrería. "En permanente reconocimiento al trabajo realizado, manteniendo viva en su sastrería la memoria de la confección de la Capa Parda Alistana". Hijos y nietos se emocionaron al recordar a uno de los hombres más queridos de Aliste.

Juan Gallego fue, sin lugar a dudas, uno de los artífices de la supervivencia de la magna prenda, pues de sus manos y su saber, puntada a puntada, salieron la mayoría de las capas que procesionan en la Semana Santa de Bercianos y en la de Zamora. Alistanos y visitantes reivindicaron ayer a la Capa Parda Alistana de Honras como emblema de las gentes, de los pueblos y de los aconteceres de la tierra de Aliste con Juan Gallego como el alma, corazón y vida de ella.

Román Rodríguez Casas, recibió emocionado la "Capa de Honras" de manos de Ricardo Fecha, y abrió su emotivo discurso aseverando que "Siempre he presumido de mi condición de zamorano, de mi gente, de los que me enseñaron antes y de los que me siguen enseñando ahora. De aquella gente curtida por el trabajo, que con su miradas y sus gestos, se identifican con ese sentimiento de orgullo de pertenecer a unas mismas raíces. Zamora, sus pueblos y sus gentes me han dado mucho más a mí de lo que yo podré ofrecerles nunca. Gracias".

Sobre la capa parda alistana de Honras señaló que "representa la historia y la evolución de una tierra rica en almas que han sabido crecer, sobreponerse a las dificultades y convertir aquello que era necesario para la subsistencia en un símbolo de la evolución y el reconocimiento". Sentenció que "la capa como prenda supone el abrigo del frío, para Román Rodríguez Casas, supone el abrigo del abrazo de todos los alistanos, con los que, con muchos de ellos he tenido la gran suerte de compartir momentos y vivencias que además de forjarme como persona, siempre permanecerán en mi recuerdo".

Y recordó a su maestro de escuela José Losada y a su esposa Gloria, naturales de Sarracín, que llegaron a Robleba Cervantes y nos recondujeron, marcaron la vida de aquella generación de niños y niñas de entonces. "Todos tuvimos becas para ir a Zamora y ello cambio, seguro, nuestras vidas" dijo.

"Desde hoy me comprometo a hacer gala de la capa alistana, en el día a día, teniéndola presente en un lugar privilegiado de mi despacho para que todos aquellos que me visitan puedan admirarla". También se mostró dispuesto a estar "en Semana Santa, acompañándoles, si ustedes me lo permiten, en la procesión del Viernes Santo. Y para siempre, a esta capa, haciéndola querer a mis nietos, tanto como yo la quiero".