La Alianza UPA-COAG alerta a los agricultores de la Castilla y León sobre la aparición de una plaga de gusano de alambre en cultivos como la colza y avena debido a las temperaturas anormalmente altas en unas fechas invernales como las actuales.

Son muchos los cultivadores, por ahora salmantinos, que han detectado el efecto de estos gusanos que se alimentan de raíces de plantas, semillas, tubérculos o plantas recién germinadas, como es el caso de los cultivos más tempranos, devorando las yemas además de tronchar y agujerear los tallos, todo ello bajo tierra.

La organización agraria denuncia la situación en la que se encuentran los agricultores, indefensos ante una plaga de este tipo puesto que la mejor solución y el producto más efectivo para proteger los cultivos del gusano de alambre ha sido retirado por las autoridades competentes.

La Alianza alerta sobre las consecuencias de las sucesivas supresiones de sustancias activas utilizadas en los productos fitosanitarios que está provocando que los agricultores se vean limitados cada vez más a la hora de luchar contra las plagas.

UPA-COAG reclama una solución urgente puesto que el daño económico de este gusano en cultivos claves de nuestra región como cereales o maíz, puede ser muy elevado dado que su voracidad los hace especialmente peligrosos y destructivos, además de muy difíciles de controlar si no se pueden utilizar los principios activos indicados para este efecto.

Las organización advierte que las cosechas atacadas por los gusanos de alambre reducen la población de plantas, ya que se alimentan primeramente desde el tiempo de la semilla hasta la germinación o justo después de la germinación. Además las plantas que quedan pueden seguir deteriorándose porque los gusanos de alambre taladran hasta llegar debajo del suelo partes del tallo haciendo que la planta se marchite y muera, y continuando con su actividad alimentándose de pequeñas raíces durante largos periodos de tiempo.

La Alianza UPA-COAG reclama actuaciones de las autoridades competentes para que la normativa fitosanitaria no sea tan restrictiva y se permitan usar productos que son utilizados en otros países. Además volvemos a reivindicar actuaciones controladas de quemas de rastrojos cuando estas son realmente efectivas, porque de este modo se limitarían muchas plagas que cada vez son más habituales en las parcelas agrícolas.