Los restos de la limpieza y poda de la vegetación de ribera del río Tera traen de cabeza a vecinos de Ribadelago y a los propietarios de las fincas colindantes que ven cómo se acumula la vegetación arrastrada por las riadas y crecidas del cauce, de ahí que reclamen a Confederación Hidrográfica del Duero su retirada. El pasado mes de julio se limpiaron unos 300 metros del cauce, por la margen izquierda aguas arriba del Tera en Ribadelago Viejo. El tramo despejado comprende desde el puente de la Calella hasta el paraje del Naval del Pozo con una anchura de tres metros desde la orilla al interior. Las crecidas registradas el 12 de octubre han provocado que la maleza, al crecer el cauce, se moviese y quedara depositada en una superficie amplia de hasta 200 metros de su emplazamiento, como señala uno de los afectados, Cesar Fernández Fernández. En otras zonas el material arrastrado forma represas entre los árboles que no se cortaron en esta primera limpieza. La vegetación crecida en la margen derecha, aguas arriba del casco urbano de Ribadelago Viejo, está intacta. Los vecinos reclaman un clareo de la zona.

La maleza que el río arrastró en los días 11 al 12 de octubre terminó flotando en el centro del Lago de Sanabria a los pocos días de las lluvias, como bien pudieron comprobar los visitantes que esos días observaban el enclave lacustre. Los vecinos no descartan que nuevas avenidas, previsibles en el otoño, se embalsen en la zona de fincas contiguas al Naval del Pozo y provoquen una riada inesperada.

Además de la limpieza en tramos del río Tera, esta vez a su paso por Ribadelago Nuevo, hay decenas de árboles caídos sobre el cauce, desde hace varios años, sin que se proceda a su retirada lo que también provoca que el agua se represe en estas zonas, y se deposite los materiales vegetales arrastrados por las riadas.