"Multiusos" y "Pájaro Espino". Tal eran los apodos por los que conocían a monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, detenido por su presunta información y documentación confidencial del Vaticano, donde ocupaba el cargo de Secretario de la Prefectura para los Asuntos Económicos y como alto responsable de las finanzas de la Santa Sede.

"Multiusos" era el mote utilizado por buena parte de los sacerdotes de la Diócesis de Astorga. Le bautizaron así los compañeros de la vida episcopal por ser una persona resolutiva "que hacía de todo".

Durante la etapa en que el Obispado astorgano estuvo encabezado por el catalán, Antonio Briva Miravent, Vallejo Balda se atenía al mandato de quien le ordenó sacerdote. Pero desaparecido Briva Miravent cogió las riendas de las finanzas y, según afirman fuentes eclesiásticas, "no daba puntada sin hilo". Tal era su responsabilidad y poder que llevaba consigo una tarjeta donde constaba "gerente de la Diócesis de Astorga". Señalan, además, que ejercía su puesto con una cierta "prepotencia" y con un saber estar dominante, pero con unas maneras exquisitas.

El manejo de las finanzas era su pasión y "hasta consiguió que las entidades bancarias no cobraran comisión por las cartillas parroquiales", al decir de las mismas fuentes. Como ecónomo llegó a ordenar el desorden económico reinante, y a mantener un riguroso control, "hasta el punto que si querías ir a Navarra, por ejemplo, para realizar un chequeo médico era lo que dijera".

Es de resaltar que cuando llegó a tierras sanabresas, a finales de la década de 1980, los sacerdotes vivían "a contrapelo del pueblo y del Obipado", apañándoselas como mejor podían para sacar adelante sus parroquias y mantener sus edificios. Fue una época en que los párrocos buscaban el mantenimiento de las iglesias echando mano de sus propias capacidades y hasta de los propios recursos. "Estábamos entre la espada y la pared y vendíamos cosas que no valorábamos, para sacar recursos, creyendo que hacíamos bien, al igual que hacían las abuelas con las arcas de casa", por expresarlo con la frase de un sacerdote de la comarca que mantiene en su iglesia una silla apostólica que le ofrecieron, y que todavía no ha terminado de pagar.

Durante su estancia en tierras sanabresas, donde ofició como cura en las parroquias del municipio de Pedralba de la Pradería, también impartió clases en el Instituto Valverde de Lucerna, de Puebla de Sanabria. También aquí fue bautizado con el apodo de "El Pájaro Espino" por su atractiva presencia. Un sobrenombre recogido de la famosa serie televisiva y de calado romántico protagonizada por Richard Charmberlain, en la figura de apuesto sacerdote.

El mundo de las finanzas y de la economía forman parte de su ser y estar, y se encontró además en una Diócesis que picaba alto y en lugares comprometidos, como Gescartera, uno de los escándalos financieros sonados del país. Afirman que Lucio Ángel Vallejo Balda consiguió recuperar un dinero que todos daban por perdido.

El sorprendente arresto del sacerdote Vallejo Balda y su ingreso en prisión dentro del Vaticano era ayer el centro del debate de sus ex compañeros de la Diócesis de Astorga, reunidos algunos para comer. Todos han reservado ya en sus respectivas librerías los libros "Vía Crucis" y "Avarizia", que aparecerán a la luz mañana. Tal es el interés que ha despertado en ellos el caso. En ellos se atribuyen al papa Francisco frases como "Los gastos están fuera de control. Hay trampas".

El secretario general de la Conferencia Episcopal italiana, Nunzio Galantino, según informa la agencia de noticias Europa Press dijo ayer que las supuestas filtraciones de documentos clasificados "seguramente" se deben a que "alguien teme el proceso de renovación" del papa Francisco. "Si es un ataque a la Iglesia, no sabría decir de dónde viene. Seguramente de alguien que tiene miedo ante el proceso de renovación que el papa Francisco está llevando adelante", consideró Galantino en una entrevista en el canal católico TV2000. "Creo que hay quien teme a una Iglesia que empieza a ser inatacable en algunos puntos, que comienza a ser más creíble también a los ojos de los no creyentes y esto está haciendo perder la razón a alguno. Algunos ataques son injustificables", añadió.

Galantino habló de una "oposición" en el seno de la Iglesia católica a la que "le cuesta aceptar este cambio de paso". "Ante propuestas tan radicales y fuertes (...) claro que puede haber quien le cueste aceptar este cambio de paso", opinó.

Indicó que "está claro que hay una voluntad de detener esto o al menos ralentizarlo de todos los modos. Entre estos métodos (...) puede estar también provocar, crear dificultades a través de estos gestos". Galantino aseguró que vio al papa el pasado domingo y no le pareció "particularmente amargado" por estos sucesos.

La polémica ha estallado en el Vaticano después de que fuera detenido el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, supuestamente por haber sustraído y difundido material considerado reservado. Este caso ya ha sido bautizado como "VatiLeaks-2", en alusión al escándalo surgido en 2012 con la revelación de parte de la correspondencia del entonces papa Benedicto XVI por su mayordomo. El cura español continúa retenido en la Gendarmería vaticana, mientras que la otra detenida, la exconsejera italiana Francesca Chaouqui, ha sido puesta en libertad por colaboración con la Justicia, aunque está a disposición de la Fiscalía de la Santa Sede.