El avistamiento de la fauna salvaje y la caza son dos actividades que colisionan cuando los protagonistas de ambos bandos tienen puestos los ojos en el mismo animal y unos apuestan por la vida y otros por la muerte del ejemplar. Es lo que se da en la Sierra de la Culebra, espacio de caza, de conservación y de disfrute de la fauna en su libre estado.

Un tiro disparado en plena Sierra de la Culebra llenó al mismo tiempo de emoción al cazador que atinó al ciervo como de estupor al grupo de turistas que observaba al ungulado y que vio como cayó al suelo pocos segundos después de recibir la bala.

Ocurrió el pasado 24 de septiembre, en plena campaña de caza del venado y en un momento también extraordinario para ver y escuchar las llamadas de la especie más noble del espacio protegido.

El objetivo de la treintena de turistas que escrutaban el paisaje era ver el legendario lobo, pero lo que vivieron fue una escena de caza que les sobrecogió a trescientos metros de distancia. J. O. G. era uno de los madrileños que, junto con su padre, disfrutaba ese jueves de la naturaleza zamorana y quedó contrariado tanto por los visto como por la forma de cazar. "Entiendo que es una reserva de caza, pero causa malestar. Nos íbamos a quedar unos días y al día siguiente nos fuimos porque si estaban pegando tiros era difícil ver al lobo y tampoco es agradable ver cómo se cargan bichos". Le llamó la atención, además, que el cazador contara con un completo respaldo para conseguir sus fines. "Estaba agachado, acompañado de un celador, y con otros celadores guiando por el móvil, indicando dónde andaban los ciervos. Lo ejecutaron delante de los turistas. Oímos el disparo, vimos el ciervo correr unos metros y cayó" manifestó el visitante que grabó en su mente un episodio que no esperaban encontrarse.

"Esto no es un zoo"

No es una secuencia exclusiva de la Sierra de la Culebra, en la Reserva de Riaño ocurrió recientemente con los lobos, expuestos el mismo día y a las mismas horas en los ojos de los turistas y de los cazadores, con el consiguiente revuelo y denuncia pública.

J. O. G., que lleva viniendo "seis años" a la Sierra de la Culebra con fines ecoturísticos, defiende que "el turismo da más beneficios que la caza porque el cazador llega, dispara y se va, y nosotros estamos aproximadamente una semana".

En su criterio, se pueden mejorar mucho las formas y dejar que los visitantes dispongan "de zonas donde puedan intentar ver el lobo". Reconoce el madrileño que han cambiado los modales y las asperezas de cierto personal de la Guardería. "Cuando empecé a ir a la Culebra me llegó a decir un responsable que el mejor lobo era el lobo muerto, y a ver si llegaba un cazador y lo mataba. La Culebra no es un zoo para venir los de Madrid", expresó. "Ahora ya no veo esto", añadió J. O. G., que considera que el Centro del Lobo Centro del Lobopuede servir para elevar "la conciencia medioambiental".

El madrileño también mostró su extrañeza porque los ciervos se eliminen "en el momento de celo, cuando andan a lo suyo".

El ejercicio del ecoturismo pasa en estos momentos por una etapa de indefinición en la Sierra de la Culebra de ahí que existan por parte de las empresas dedicadas al avistamiento del lobo una reiterada reclamación por regular esta actividad.

La Guardería forestal trata de conseguir que las expediciones organizadas por las empresas ecoturísticas "legalizadas" cuenten con unos puntos concretos de posible avistamiento del lobo o de la fauna.

Estos días, un grupo de turistas, según afirman, decidió mudar de lugar para no tropezarse con el espectáculo de la posible muerte de un lobo cebado. Se apercibieron de lo que se avecinaba por la existencia del cebo, del que habían dado cuenta antes que muchos los buitres al decir de uno de los presentes.