El cultivo de viñedo ecológico creció un 44,5 por ciento en hectáreas hasta llegar a las 2.035 y en un 114,8 por ciento el número bodegas en los últimos cinco años en la Comunidad, con 58 instalaciones productoras. Así lo ponen de manifiesto los datos comparativos entre 2010 y 2014 facilitados por el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León, organismo público que depende de la Junta y que se encarga de controlar y certificar la producción.

La evolución ha sido constante en el último quinquenio ya que en 2010 la superficie de cultivo era de 1.408 hectáreas y las bodegas alcanzaban la cifra de 27. Valladolid es la provincia con mayor número de viñedos ecológicos y productores, con 837,87 hectáreas plantadas y un total de 22 bodegas. Le siguen Burgos con 555,3 hectáreas y 12 bodegas; Zamora con 332,7 hectáreas y 11 bodegas; León con 107,1 hectáreas y siete bodegas; y Segovia, con 160.9 hectáreas y cuatro bodegas.

Las explotaciones de vino ecológico no utilizan productos químicos de síntesis ni fertilizantes orgánicos, con el fin de lograr una menor contaminación del suelo de cultivo y la inexistencia de cualquier residuo en el producto final. Además, deben controlar que no se contamine el viñedo con otros componentes que puedan utilizarse en fincas aledañas.

Reglamento

La regulación de la producción ecológica se inició en España en el año 1989 y fue en 1991 cuando la UE redactó el primer reglamento al respecto. Según explica la directora técnica del Consejo de Agricultura Ecológica, Encarna Olmo, quien voluntariamente solicita el control de un viñedo ecológico "tiene que adaptarse a un periodo de prueba durante tres años previos a la primera cosecha en la que ya se podrá contar con la certificación del vino obtenido". De momento, la producción de vino ecológico se destina principalmente a la exportación en países del centro de Europa y recientemente a Estados Unidos en un 60 por ciento, mientras que el 40 por ciento restante se destina al consumo nacional.