El maestro vidriero Javier Lozano recuerda que sus aficiones pasaban "por la lectura y por ser una persona emprendedora, que le valió para remozar iglesias que cogió muy abandonadas y para llegar a ecónomo de la Diócesis de Astorga". Pero compañeros del sacerdote Lucio Ángel Vallejo Balda también hacen mención a que sonó incluso "para ocupar la Diócesis de Astorga", pero su estrella pareció declinar, según precisan, cuando salió a relucir el gran ágape organizado en la azotea del Vaticano con motivo de la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, y donde el exsacerdote de Sanabria llevó las riendas de la comunión. Un bufé que afeó el propio papa Francisco. También aluden las mismas fuentes eclesiásticas a la repercusión que tuvo el hecho de que Lucio Ángel Vallejo Balda fuera el titular de una soberbia vivienda de descanso, "casa fantasma" en el pueblo leonés de Celada de la Vega, que recibió el Premio de Arquitectura de Castilla y León 2009, y que no constaba ni en el Registro ni en el Catastro. Esta fuente afirma que Vallejo Balda pasó de Sanabria a ecónomo de Astorga porque el obispo catalán Antonio Mira Miravent "vio en él una persona hábil para las finanzas".