Todas las personas que utilicen productos tóxicos en el sector de la agricultura y la ganadería están obligados a tener un carnet de aplicador de productos fitosanitarios, de no contar con él, podría derivar en multas de entre 300 y 3.000 euros. Así lo defiende el presidente de la agrupación europea de cooperación territorial "Duero-Douro" Bernardo Casado ofreciendo dicha entidad para organizar cursos en aquellos municipios adheridos que reúnan al menos a 13 alumnos.