Los precios de los productos agroalimentarios pueden llegar a quintuplicarse desde la tierra hasta la mesa, como ha venido analizando semanalmente desde el año 2003 la Alianza Upa-Coag con el fin de comprobar el abismo existente entre lo que se pagan los productos en origen a los agricultores y ganaderos y lo que abonan en destino los consumidores por alimentos básicos y de temporada.

Según ha apuntado la Alianza, esta semana las diferencias entre el precio en origen y el de destino del pepino, patata, bróculi, cebolla, puerro, zanahoria garbanzo, calabaza y berenjena de distintas zonas productoras de nuestro país oscilan entre el 450 y el 833 %.

La organización lleva reclamando desde hace tiempo una serie de medidas, entre otras la constitución de un Observatorio de Precios en Castilla y León, que permitan acabar "con el desequilibrio existente en el mercado de productos agrarios donde el agricultor y ganadero es el eslabón más débil de la cadena".

La Alianza denuncia los "abusos" que sufren agricultores y ganaderos en manos principalmente de la distribución que impone unos precios a la baja, que en muchos casos ni siquiera permiten cubrir los costes de producción, y que "para nada se corresponden con la justicia que es exigible en la conformación de los precios en la cadena alimentaria".

Mediador independiente

Por ello la organización reclama que se cumpla lo establecido en la Ley de la Mejora de la Cadena Alimentaria, y para ello resulta "imprescindible" la creación de un mediador independiente que intervenga en casos de conflicto entre productores, industria y distribución. La Alianza considera también "esencial" la implantación de un código de buenas prácticas.

Hasta que no se cumplan esos controles, la Alianza mantendrá el observatorio de precios con la Unión de Consumidores, donde queda demostrado que agricultores y ganaderos "apenas tienen participación" en la conformación del precio final mientras que se mantienen los "desorbitados márgenes comerciales" en productos básicos de la alimentación.