La formación política de Ciudadanos de Zamora vive sumida en una soterrada convulsión, con parte de sus integrantes moviéndose en la trastienda tratando de derrocar a la actual cúpula dirigida por José Antonio Requejo Boyano, que, ajeno por completo a estas corrientes, pasó la jornada de ayer en Madrid inmerso en una Convención de candidatos provinciales de Ciudadanos a las Elecciones Generales, presidida por Albert Rivera.

Un grupo de más de una quincena de integrantes en la filas de Ciudadanos de Zamora, formada por alcaldes, concejales y afiliados al partido, más otros que estuvieron en su día listos para ocupar cargos en diferentes instituciones, pero que no contaron con suficiente respaldo en las urnas, mantuvieron una reunión en la tarde del pasado sábado en un conocido restaurante de Zamora. Fueron convocados "para apartar" a José Antonio Requejo como presidente de Ciudadanos C´s de Zamora, y también "para tratar de impedir" que sea la persona que encabece la candidatura de la formación al Congreso de los Diputados por Zamora en las próximas elecciones generales.

Fue una reunión "de contrastes", que contó con representantes de prácticamente todas las comarcas de la provincia de Zamora, pero que también registró la ausencia de importantes bastiones del partido, liderado a nivel nacional por Albert Rivera, y que pretende representar un papel de abanderado de la regeneración democrática en todos los aspectos y niveles.

Hombres de Sanabria, Tierra del Pan, Tierra del Vino, Sayago, Los Valles y otras orografías de la provincia dedicaron parte de la tarde del sábado para debatir sobre la forma de retirar su apoyo a la actual presidencia y partir de nuevo con otros representantes a la cabeza.

Para conseguir la afirmación de todos los presentes los promotores del encuentro ofrecieron un perfil "sorprendente y desconocida para muchos" del presidente. Fueron experiencias contadas "en primera persona por quienes las vivieron por sí mismas" según expresaron ayer fuentes asistentes al encuentro, convocado y desarrollado sin deseos de publicidad alguna.

Se acordó que las decisiones a adoptar "se pusieran por escrito", y se consideró que fueran apoyadas, en principio, por cargos electos de los municipios para dar garantía "de una moción de censura no encubierta"; pero también hubo un respaldo "a que firmaran todos los afiliados y simpatizantes".

Entre los congregados hubo al menos dos posturas sobre la transmisión de los acuerdos alcanzados. Unos eran partidarios de actuar de una forma contundente "y provocar una ruptura" en el grupo de Ciudadanos, con la actual dirección, "y otra más suave de comunicarlo a la dirección nacional de C´s y esperar un tiempo de unas dos semanas para conocer su decisión". Se inclinaron por la dirección Nacional y no por la regional porque también se habló de una presunta "contaminación".

Algunos presentes piden que los acuerdos se hagan constar por escrito para saber a ciencia cierta "lo que se firma y si realmente lo firman". Hay entre los presentes en este encuentro quienes muestran su desacuerdo con Antonio Requejo. Ponen de manifiesto que no han notado su respaldo durante los meses que llevan implicados en las gestiones municipales, no sin ciertas polémicas en algunos casos. Sin embargo, también hubo quien, a la salida, desaprobó que estos encuentros tengan lugar en una atmósfera de baja transparencia. "No sé si volveré" expresó ayer uno de los asistentes. "Fuimos a tomar un café" expresó otro, igualmente poco convencido de los modos estilados.

Fue una reunión en la que se miró mucho de reojo, hasta el punto de que no faltaron las sospechas de presumbiles chivatazos o espionajes para dar a conocer las presencias y las posiciones. Nadie quería ayer poner cara a la reunión.