Cientos de guardias civiles repartidos por distintos puestos y cuarteles de la provincia celebraron ayer su día más especial, honraron a su patrona la Virgen del Pilar, y compartieron la fiesta con los alcaldes y vecinos. Desde Venialbo, donde el homenaje a la bandera estuvo acompañado por los sones de la Banda de Guerra de la Academia Militar de Caballería de Valladolid, hasta Alcañices pasando por La Carballeda o la Alta Sanabria, los guardias civiles vistieron ayer sus mejores galas y compartieron un día de fiesta con sus familias y la población que tanto reclama su presencia lo más cercana posible.

Todos los acuartelamientos de la provincia cumplieron -también las comarcas de La Guareña, Tierra del Campos o Sayago- con la tradición y compartieron un día de hermandad y fiesta con los vecinos del medio rural, donde la Guardia Civil cumple su servicio.

En Venialbo la fiesta contó un año más con la asistencia de los alcaldes de La Bóveda de Toro, Villabuena del Puente, El Pego y Venialbo, donde se encuentra el Cuartel que presta servicio a toda esa zona. Tras la misa en la iglesia parroquial del pueblo, cada alcalde agarró una esquina de la bandera nacional y se dirigieron hasta el mástil con el personal de la Benemérita y los vecinos mientras sonaba la música de la banda militar.

En Alcañices los guardias civiles también se vieron arropados por el pueblo y las autoridades, lo mismo que en Puebla de Sanabria, Villardeciervos o Mombuey, con un recuerdo especial para los guardias civiles fallecidos en acto de servicio.

En Lubián la fiesta se vio acompañada por la música de la Banda de Gaitas As Portelas. Los alcaldes de la Alta Sanabria y presidentes de las juntas vecinales acompañaron a los agentes de la Benemérita en este día especial, al igual que numerosos vecinos que valoran el trabajo constante y la presencia de la Guardia Civil como gran valedora de la seguridad en los pueblos cada vez más necesitados de su presencia.

Todas las fiestas concluyeron con un vino español ofrecido por la Guardia Civil donde cada año se renueva la relación de la Benemérita con los pueblos y la cordialidad con los vecinos a los que prestan servicio.