Fermoselle, cuna de emigrantes y emprendedores, icono del espíritu de sacrificio de tantos hombres y mujeres que con dolor se vieron abocados al desarraigo huyendo de la penuria, es también el más vivo ejemplo de que aquel sacrificio no fue en vano.

La convivencia hispano-lusa de los descendientes de los García -conocidos popularmente como "Los Pajaricos"-, que se celebra durante el fin de semana en la villa de los Arribes proyecta lo que ha sido el fenómeno de la emigración en Fermoselle. "Aquí tenemos la prueba fehaciente de un hijo y un nieto que regresa a la cuna de su sangre y al que le fueron imprimiendo a fuego lento los valores del patriarca de los García: su honestidad, su trabajo, su dedicación, su tenacidad, su espíritu emprendedor y la honra de su apellido y de sus orígenes".

Es la descripción de Olga Rivera, hija de Manuel Rivera, quien fuera cronista oficial de Fermoselle, durante la presentación del libro sobre Tomás García Rodríguez en la Casa del Parque de los Arribes. Tal era la principal "excusa" de la reunión de los descendientes del patriarca, Tomás García, un fermosellano que en los albores del siglo pasado se instaló en Oliveira de Azeméis (en la región de Oporto) y cuya historia ha recuperado su nieto Manuel Antonio García de Alegría, cumpliendo a su vez el antiguo sueño de su padre, Antonio Regalado.

Si el nieto puso la idea, el empeño y también aportó información, fue otra portuguesa con orígenes fermosellanos, Iza Flores Marcos, la encargada de contar la historia -"A familia de Tomaz García Rodríguez"-, de bucear en archivos y de visitar escenarios de la vida de esta familia para elaborar un libro que es más que una genealogía, "es la vivencia personal de un pueblo, de unos orígenes, es la representación de unos valores de tolerancia, convivencia y amistad" contó la autora en el acto de presentación.

Antonio e Iza, Iza y Antonio representan, para Olga Rivera, "el maridaje perfecto entre investigación y un sentimiento exacerbado por sus raíces, por esta legendaria y bravía villa, por esta tierra que suscita un profundo amor a sus moradores y que nuestros antepasados nos transmiten, como me transmitieron a mí con inmenso entusiasmo de generación en generación".

La presentadora del libro destacó el "entusiasmo" de Manuel Antonio Alegría García de Aguiar, "un hombre dedicado al mundo empresarial, amante de la naturaleza y con un referente primordial en su vida: su familia y sus raíces". De la investigadora y escritora Iza Flores, nacida en Oporto aunque nieta de fermosellanos, exaltó su dedicación profesional a la docencia "así como múltiples investigaciones en el campo histórico".

Olga Rivera transportó en su discurso a los espectadores a aquellos inicios del siglo XX y, de la mano de Tomaz García, les invitó a retroceder en el tiempo. "Atrás te dejo pueblo heróico, atrás te dejo pueblo bravío, majestuoso....Filoxera maldita que me destierras, que me quitas mi sustento, guerra de Cuba que me agotas, que me dejas abatido... Virgen de la Bandera, dame in poquito de aliento". Y la emoción se apoderó de una sala entregada a los recuerdos y a las vivencias de un emigrante que bien podía ser el descendiente de los muchos fermosellanos que allí se dieron cita.

Iza Marcos representó su profundo sentir fermosellano hasta en lo más anecdótico, vestida de charra. Ella ha sido la que ha dado vida a este libro de recuerdos y afectos de un pasado "que se quiere proyectar en un futuro, en un porvenir para que los jóvenes puedan evaluar los sacrificios de sus mayores y seguir el ejemplo de una familia honrada y trabajadora", destacó en una sala repleta de público. La autora resaltó el fervor a las raíces de la familia García, pese a su arraigo en Portugal desde que en 1922 se estableciera en Portugal Tomás García Rodríguez.

El acto también contó con la presencia del alcalde de la villa sayaguesa, Alejandro Fermoselle, quien dio la bienvenida a los participantes en esta convivencia.

La fiesta habría comenzado con una misa en la iglesia del Convento y el ofertorio realizado por varias mujeres vestidas con trajes típicos y un colofón a cargo de Iza Marcos que cantó la salve rociera acompañada de un tamborilero fermosellano, con versos adaptados para honrar a la Virgen de la Bandera, patrona de la villa. Los tamborileros fermosellanos, entre los que hay alguno de la saga de los García, también imprimieron su sello personal en este emotivo encuentro.

Tras la presentación del libro en la Casa del Parque, donde también hubo bailes regionales, se celebró un ágape para todo el público. La hermandad hispano-lusa se trasladó también a la gastronomía con la degustación de productos típicos de ambos lados de la Raya. Manuel Antonio Alegría llevó el vino de Oporto y otros familiares contribuyeron con dulces y pastas, y desde Fermoselle no podía faltar el tradicional hornazo.

Ya en un acto más íntimo de todos los primos la jornada concluyó con una cena de la familia García en El Casino de Fermoselle. Hoy continúa la fiesta con una visita guiada por la villa y a la presa de Almendra para finalizar con un almuerzo.