El dicho "Castaña caída, castaña cogida" antes se relacionaba con la necesidad de recogerlas cuanto antes para evitar perderlas con el paso de cabras y ovejas. Ahora el problema llega de la fauna salvaje. Jabalíes y ungulados buscan su alimento en los castañares, una vez que ya no quedan patatas y uvas en las huertas. Por ello se aprovecha la recogida para dejar pocas en el suelo durante la noche.