El cadáver del toro Camarero salió de Carbajales de Alba, de eso no parece que haya dudas. La gestión de su traslado ha levantado críticas. Como todo eran ojos el pasado sábado, cuando se dio la voz de que el novillo estaba vivo y coleando, hasta que lo sacrificaron, al menos un vecino asegura que vio con sus propios ojos la salida del pueblo de Carbajales del camión que lo transportaba. El vehículo fue arropado por vehículos de la Guardia Civil, una vez que los hermanos Celador Zurdo lo recogieron de los pagos de Escaldón, donde fue abatido por un cazador localfue abatido por un cazador local, con un rifle, tras solicitarse su servicio. El Ayuntamiento de Carbajales está a la espera de recibir la documentación que acredite que el novillo fue llevado a una planta de tratamiento para su incineración, y darlo, por fin, de baja para siempre.

Aún ausente, y sin aclararse todavía el verdadero destino, Camarero fue ayer de nuevo motivo "de trifulca" en el Ayuntamiento carbajalino. El concejal popular, en la oposición, Roberto Fuentes, se personó en el consistorio para pedir información al respecto, pero sin mayores resultados. "Está donde tiene que estar. Está a buen recaudo", le expresaron integrantes del equipo de Gobierno. Fuentes, ganadero de profesión, calificó como "fuera de toda normalidad" lo ocurrido con el toro bravo, y subrayó que, "al estar en el código de explotación del Ayuntamiento, es esta institución quien tiene que darlo de baja una vez que la empresa autorizada para prestar el Servicio de Recogida de Animales muertos certifique que se hizo cargo del mismo".

Algunos vecinos defienden el trabajo "ímprobo" realizado por el alcalde, Manuel Fidalgo, de Ciudadanos, por llevar a buen puerto el caso, en cuanto a encontrar al ejemplar y quitarlo de la escena para evitar nuevas pérdidas y posibles peligros. Se desvivió, señalan, por localizar a un astado que pasó 23 días a su viento, y solo se dejó ver una noche, a las 3.30 horas de la madrugada, ante una vecina que escuchó sus andares frente a su casa. Otros, reprochan severamente la gestión del asunto taurino.

Pero así como el paradero final del cadáver de Camarero se mantiene en el más completo secreto, se critican las formas y legalidades seguidas tras descubrir el amago del utrero, y sacrificarlo a balazos como a un ciervo o a un criminal.

Hay casos en Zamora, como el eterno de Rafael Lobato, en Peque, con decenas de expedientes abiertos por el Servicio de Agricultura y Ganadería por la retirada de cadáveres de animales incumpliendo la Ley de Sanidad y Bienestar Animal, y la normativa vigente en materia de transportes de subproductos animales no destinados al consumo humano. La Consejería de Agricultura y Ganadería, y cuantos organismos tienen que ver con la gestión de animales muertos, han reiterado por activa y por pasiva, decenas de veces, "que deberá retirar los cadáveres que se generen en un vehículo o contenedor autorizado, debiendo ser estanco, diseñado de forma que se eviten pérdidas de material transportado y cubierto con una lona o cualquier otro sistema de cierre". Y es un transporte que debe realizar una empresa autorizada para ello, una vez que el animal se ha acercado hasta un punto accesible.

Carbajales es un pueblo donde los espectáculos taurinos no siempre se rematan cuando dice el programa de festejos organizados en honor de la Virgen de Árboles. En el año 1981 una vaca perdida apareció en Domez, en 1982 otra vaca fue hallada en Losacino, en 1984 un toro en Videmala, en 1990 una vaca desaparecida crió en una finca del municipio?

El último viaje de Camarero al más allá era, al día de ayer, un misterio.