El pasado mes de junio José Cruz Mateos, aún como un simple vecino, pero agradecido a los vecinos que en él confiaron y le votaron en las elecciones del mes de mayo, ni corto ni perezoso, sorprendió a propios y extraños cuando el pueblo se quedó sin telefonía y cada día subía campo, por entre jaras y escobas, hasta el alto de la montaña más cercana para coger cobertura con su móvil y llamar a Telefónica en busca de soluciones al problema, algo que finalmente conseguía. Lo denunció a través de este periódico y varios días subió a la colina, hasta que consiguió que sus vecinos volvieran a contar con servicio telefónico.