La residencia de ancianos de Montamarta entró ayer en funcionamiento, dos años después de que se terminara su gestión.

El centro, construido y gestionado por el Ayuntamiento de Montamarta, es desde ayer el hogar de tres residentes, aunque el geriátrico contará con 25 plazas que poco a poco se irán llenando. El próximo mes entrarán a vivir allí tres personas más.

La apertura de la residencia ha generado seis nuevos puestos de trabajo en el municipio, cuatro gerocultores y dos empleados de servicios varios, además de varios médicos y enfermeros contratados a tiempo parcial para cuidar la salud de los residentes. Todos ellos están pagados por el Ayuntamiento, ya que la residencia es de gestión municipal.

A medida que se vayan cubriendo el resto de las 25 plazas se ampliará la plantilla para atender todas las necesidades de los nuevos residentes, hasta llegar a contar con ocho gerocultores, según explica la alcaldesa, Cristina Folgado. El centro está abierto a los ancianos de toda la provincia, aunque los empadronados en Montamarta disfrutarán de un descuento del 10% en el precio.

Un largo camino

El municipio ha recorrido un largo camino hasta abrir las puertas de su residencia de mayores. La construcción del edificio terminó en 2013, siendo alcalde el socialista Rogelio Conde. El regidor fijó su puesta en marcha para comienzos de 2014, según recogía este diario en diciembre de 2013. En abril del año pasado se llevaba a cabo la inauguración de las instalaciones, vacías, con motivo de un homenaje a Carmina Lorenzo, la vecina que había donado los terrenos en los que se levantó la residencia el edificio. Conde fijaba ese día la apertura del centro para julio de 2014. El papeleo siguió retrasando el proceso y al final de su mandato, en marzo de 2015, el socialista prometía que la residencia abriría sus puertas "en los próximos días".

El coste de la construcción del inmueble fue de 800.000 euros, de los cuales el Consistorio aportó 200.000 de sus propias arcas. El resto del dinero procede de los fondos europeos gestionados por Adripalomares, así como de un crédito suscrito por el Ayuntamiento.