Ya han pasado 19 días desde que se viera por última vez al toro Camarero en el espanto de Carbajales, y ni el Ayuntamiento ni las patrullas de vecinos, ganaderos y caballistas que buscan al astado han logrado encontrar una pista fiable de su paradero. El pasado fin de semana oteaban una zona entre Muga de Alba y Losacino en la que un pastor afirmó haber divisado al animal, según informaba ayer el regidor Manuel Fidalgo, pero no encontraron ni huellas ni excrementos que apuntaran a la presencia de un utrero en la zona.

Ni siquiera las primeras cacerías y monterías llevadas a cabo en los últimos días han provocado la aparición del bóvido. "Es un caso atípico que nadie haya visto nada y pueda dar una pista clara", afirma el alcalde de Carbajales, un pueblo con experiencia en buscar a toros que se "dan a la fuga" durante sus tradicionales espantos. La última vez que sucedió, en los años noventa, el astado tardó 42 días en reaparecer y lo hizo en Villalcampo, lejos de la villa albarina, sano y salvo e integrado en un rebaño de vacas. En algunos pueblos de la comarca los mayores recuerdan el dicho: "¡que viene el toro de Carbajales"!" con el que asustaban a los niños que se portaban mal para meterlos en vereda.