La Alta Sanabria respondió con sentimiento a los tres vivas a su patrona, Nuestra Señora de las Nieves, proclamados por el párroco, Jorge Flórez, al finalizar la misa mayor concelebrada en el santuario de La Tuiza. Unos vivas cargados de sentimiento después de oír a la banda de gaitas As Portelas interpretar el himno a la Virgen de la Tuiza, cuya letra y melodía se recuperaron hace pocos años de la memoria popular de las vecinas. El párroco ensalzó la imagen de la Virgen pero en esta ocasión hubo un recuerdo para el Niño de Las Nieves, un pequeño Jesús, en brazos de su madre. Hizo un repaso completo en la homilía, desde el buen tiempo anunciado en las Cabañuelas y las aplicaciones de móviles, el excelente paisaje otoñal, el encuentro de familiares , vecinos y amigos, y el mensaje de la misión de todos los cristianos de convertirse en profetas del mensaje.

La mirada de la procesión en todo su conjunto se perdía en pequeños detalles, como la zapatilla deportiva de color rosa que llevaba detrás la imagen, una flor en el trono, unas lágrimas al oír el himno, un donativo, un beso absolutamente entregado al escapulario de la imagen, fotos a cientos; un niño que al paso de la imagen y la banda de As Portelas no pierde la oportunidad de tocar su corneta de juguete; y mucha devoción entre las personas que en silla de ruedas esperan el comienzo y el fin de la misa.

Mercado de artesanía

La mañana arrancó con buenas perspectivas en un día caluroso de otoño, y con un programa nutrido por delante, apto para todos los públicos y gustos. Programa que se abrió con la colocación del mercado de artesanía y productos, bajo carpa, y el mercadillo de productos que tradicionalmente se instalan en la explanada. En suma, unos treinta puestos variopintos entretuvieron la vista, los paseos y el bolsillo. Los artesanos atraparon el interés del público en sus demostraciones de artesanía.

Ni el olfato se quedó sin premio, al poder recrearse en una fiesta tan señalada, a la brisa del asado de dos terneras de 200 y 220 kilos respectivamente. Pero el olor del asado era solo el aperitivo de la mañana porque estaba llamado a convertirse en el plato fuerte de la cena. El aperitivo pasó por la degustación de cecina de vaca y para los tradicionales, el sagrado pulpo a "feira" y las conversaciones mitad gallego y mitad castellano.

Si algo tiene el municipio de Lubián es que sabe estirar la fiesta al son del ritmo que toque y arrastrar a parte de la comarca. Más de mil personas asistieron el sábado a la actuación de la orquesta gallega Panorama, en la Plaza Nova de Fontarvela, que desbordó las previsiones de espectáculo en directo y de afluencia desde todos los pueblos de la comarca. No hay nada como que el Niño de las Nieves se olvide de su nieve el último domingo de septiembre.