La villa de Fermoselle vivió el pasado fin de semana una conmoción turística con la presencia de cientos de moteros procedentes de prácticamente todas las comunidades del país y que eligieron conocer y disfrutar de los encantos de Arribes del Duero.

Acudieron a la cita aprovechando la concentración organizada por Motofollacos 2015, cuyo nivel alcanzado en su cuarta edición pone de relieve que es un acontecimiento en alza y una iniciativa destacable en cuanto a potenciar el turismo y promocionar los valores de la villa y del espacio protegido.

En Fermoselle aparcaron sus preciadas motos personas llegadas de Asturias, Orense, Barcelona, Valencia, Sevilla, Cáceres y de otras provincias más próximas que, por conocimiento o referencia, optaron por asistir a un encuentro que colma de satisfacciones por el paisaje que salta a la vista y por el trato que les dispensa la organización.

Lorenzo Bernardo Coito, Alfredo José Vieira Viloria y Luis Martín Robles, promotores de Motofollacos, resaltan el esfuerzo que supone sacar adelante una concentración que aspira a consolidarse como un evento sólido y, además, "a dejar satisfechos a los asistentes". El alcalde de Fermoselle, Alejandro Fermoselle Berdión, que les dio la bienvenida, destacó ayer el dinamismo que había tenido la capital de Arribes durante el fin de semana con la presencia de cientos de moteros.

Los protagonistas tuvieron oportunidad de conocer el urbanismo y las características de una villa que ofrece un callejero más que singular, y que dispone, en muy diferentes elevaciones, de miradores que son como sobresalientes balcones al Parque Natural. Pero también se impregnaron los moteros de momentos imborrables por los escenarios y parajes observados durante el desarrollo de las rutas elegidas para la ocasión. Una de las marchas tuvo como destino la presa lusa de Picote, enclavada en pleno cañón del Duero internacional. Hasta este confín llegaron tras cruzar a Bemposta, por la coronación de la presa de Bemposta, llevándose así la percepción de un territorio cuasiselvático marcado por los embalses hidroeléctricos y por un relieve geológico impresionante por sus perfiles y cortados. Además, en Bemposta fueron agasajados por el Club Motero os Chocolateiros con un consistente ágape y forjaron, además, el hermanamiento.

Otra de las rutas tuvo como meta Fornillos de Fermoselle, donde los moteros degustaron los quesos de La Setera y las mermeladas elaboradas en un pueblo que también aporta al Parque Natural los sabores y la etnografía típica del mundo rural más ligado a la naturaleza.

Uno de los espectáculos estelares de la concentración, y que causó una impresión alabada y reseñable en la población de Fermoselle, fue el desfile de antorchas desarrollado desde la plaza de Santa Colomba hasta la Plaza Mayor. Fue seguido con expectación por los fermosellanos. Culminó la marcha con un acto de homenaje a los moteros fallecidos durante el año, y con la suelta de farolillos. En un gesto de recuerdo a las víctimas, "los moteros guardan un minuto de silencio, mientras mantienen doce antorchas encendidas mirando hacia el cielo".

En el orden gastronómico, los asistentes repusieron sus energías con los huevos fritos y chorizo, en Marqués de la Liseda; con la paellada en el mirador El Castillo de Doña Urraca, con el asado típico fermosellano en la plaza de toros, con los quesos de La Setera y con el vino de la bodega Almaroja.

Los organizadores de Motofollacos tratan de impulsar un encuentro de fieles a las dos ruedas que siempre va acompañado de espectáculo, atractivo y diversión, y que conlleva una repercusión económica y promocional para todo municipio que lo acoge. No es un reto fácil. Lo sacan adelante con su propio esfuerzo y aprovechando la colaboración de hosteleros e industriales que apuestan por las iniciativas para crear una atmósfera dinámica y desarrollista.

Como colofón, fueron concedidos los premios conforme a las categorías establecidas. Se otorgó un trofeo al motero más lejano, Jesús Mena Navarro, llegado desde Valencia, y al motoclub más numeroso, Acholón de Valladolid. También se concedieron medallas a un niño de unos dos meses, por ser el de participantes de más tierna edad, y una especial a Emilio Seco, que ejerce de fotógrafo y lleva a su cargo la maquetación y la cartelería utilizada en la difusión de la concentración, que el próximo año cumplirá su quinta edición.

La organización, que no tiene el lucro entre sus finalidades, y que asegura que sale adelante merced al esfuerzo propio y al apoyo de los colaboradores, mantiene la ilusión de que la concentración prosiga afianzándose y prestigiándose con nuevas ediciones.