Una semana después de la fuga de uno de los toros de espanto de Carbajales de Alba, el paradero del animal es una incógnita. Desde que el pasado fin de semana fuera visto por última vez en las cercanías del embalse del Esla, en la raya entre Carbajales y Muga de Alba, se ha perdido el rastro del morlaco y hay quien evoca otra escapada para la historia, la que protagonizó otro toro en los mismos espantos carbajalinos hace unos quince años.

De aquella el animal permaneció 42 días en fuga hasta que una ganadera de Villalcampo descubrió al astado perfectamente integrado con su vacada. Antes hubo de atravesar el embalse y, lo que es más preocupante, la mismísima carretera N-122. Y tal es el pensamiento que atemoriza a algunas personas, conocedoras de la "hazaña" de los noventa.

Por lo pronto el alcalde de Carbajales, Manuel Fidalgo, está "tratando de organizar una patrulla" entre gente del pueblo, ganaderos, caballistas y personas que puedan seguir las pistas del morlaco porque, a día de ayer, "no tenemos referencia de dónde puede estar" admitía el regidor.

Se contempla también la posibilidad de que un helicóptero de la Guardia Civil otee la zona desde las alturas por si el bicho muestra su cara. "Trataré de reconducir este tema" expresa Manuel Fidalgo mientras desde la oposición llegan las primeras críticas públicas sobre la gestión de este caso.

"Es una irresponsabilidad que a estas alturas el toro siga suelto" lanza el concejal socialista Pedro Lorenzo. "Desde el mismo día de la escapada tenía que haber organizado patrullas con gente que controle y conozca el terreno,; esos días todavía estaban por el pueblo, pero ahora ya no quedan muchos, han pasado los días y se ha perdido la pista de un animal que no debería estar suelto".

El concejal de la oposición teme que el toro "la pueda preparar y a ver quién es el responsable. El alcalde debería haberse puesto manos a la obra y ha dejado pasar los días".

El edil popular Roberto Fuentes, ganadero y caballista, recorría ayer por la tarde la zona donde se vio al toro por última vez en busca de huellas o alguna pista pero era inútil. "Ha llovido y las huellas desaparecen, se ven algunas cerca del embalse pero parecen más de ciervo" apuntaba a este diario mientras cuestionaba también la actitud del alcalde. "Se le ha ido de las manos el tema" indicaba Roberto Fuentes a la vez que expresaba su preocupación por los movimientos del animal. "Lo malo es que salga a la carretera y provoque un accidente". Este edil cree que "se podría dividir la zona y rastrearla y hacer guardias porque el animal tiene que salir al beber".

El delegado territorial, Alberto Castro, advertía el miércoles a preguntas de los periodistas que "la Junta hará cumplir el reglamento como es su competencia en los festejos taurinos".