La villa de Tábara vivió en 1945 uno de los años más prolíficos de su historia en nacimientos, alrededor de medio centenar de niños y niñas vinieron al mundo en plena postguerra, tiempos donde las penurias y el hambre, familia numerosas y pueblos superpoblados, era la tónica general en la mayoría de Aliste, Tábara y Alba donde había poco para comer y muchas bocas que alimentar.

Los quintos de 1945 han aprovechado el verano para reunirse y celebrar sus 70 años de existencia tras unas largas vidas que tras la niñez en tierras tabaresas llevó a muchos de ellos a tener que buscarse en pan de cada día y el progreso como emigrantes por España, Francia, Suiza y Alemania. Ejemplo de ellos es Santiago Andrés Fresno que fue uno de los altos directivos de la aerolínea alemana Lufthansa y que tras jubilarse volvió a su tierra de Tábara.

Los actos se iniciaron con una misa oficiada por el párroco José Manuel Ramos Gordón en la iglesia de la Virgen de la Asunción donde se rezó por los ya fallecidos, diez de los quintos, y el sacerdote renombró algunos de los acontecimientos sucedidos en aquel ya lejano 1945.

Ramos Gordón, cura y profesor, hizo hincapié en que en aquel año finalizó la trágica Segunda Guerra Mundial y se celebró la conferencia de San Francisco donde se ponían las bases para la creación de la ONU (Naciones Unidas). Algunos de los tabareses comparten nacimiento con fechas importantes como la muerte del presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt (12 de abril) o la muerte de Adolfo Hitler.

Recuerdos

Tras los rezos le tocaba el turno al vermouth en "El Molino" para continuar con la celebración culinaria en el "Galicia II", una comida de hermandad, distendida, disfrutando de los manjares gastronómicos, donde hubo tiempo para centrarse en los recuerdos lejanos de infancia y juventud.

Esther Cid, hija de una de las quintas, sorprendió gratamente a los presentes con un documental sobre la Tábara del ayer cuando las calles aún eran de tierra. Entregándosele un pergamino.

Los tabreses de 1945 contribuyeron a uno de los momentos de mayor esplendor de Tábara que tras finalizar la Guerra Civil contaba con 1.594 empadronados iniciándose un crecimiento poblacional que le llevó a contar con 1.699 vecinos en 1950. A día de hoy la Villa cuenta con 869 residentes habituales, de ellos 445 hombres y 424 mujeres.