Los trabajadores del Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León abatieron el pasado viernes un ejemplar de lobo ibérico en San Román de los Infantes "como consecuencia de los ataques producidos en los últimos meses a la cabaña ganadera de la zona de la dehesa de la Carva", explicaron desde la Administración autonómica.

Esta explotación de ovino había sufrido concretamente ocho ataques desde septiembre de 2014, en los que perdieron 37 ovejas sin contar las heridas y los abortos, con el consecuente perjuicio económico. Sin embargo, el ganadero trasladó el pasado 16 de agosto sus instalaciones a Casaseca de Campeán.

Los asaltos lupinos eran cada vez más frecuentes en la dehesa de la Carva, el último se produjo el 10 de agosto, con el resultado de nueve ovejas muertas, que motivó la decisión de "huir" del lobo trasladando su cabaña a la localidad de la Tierra del Vino. El anterior ataque había tenido lugar solo tres semanas antes, el 20 de julio, con el saldo de ocho ejemplares devorados mientras pastaban tranquilamente a la vera del río Duero.

San Román de los Infantes está situado al sur del Duero, donde el lobo ibérico es una especie protegida según la Directiva Hábitat de la Unión Europea, por lo que su caza está prohibida y la decisión de eliminar se toma solo de forma excepcional ante individuos que presentan una especial querencia al ganado doméstico. La actuación se llevó a cabo por la patrulla de seguimiento de fauna de Medio Ambiente, el personal de la consejería llevaba varias semanas realizando una serie de aguardos que dieron como resultado el abatimiento de este ejemplar. Con esta medida la Junta pretende "compatibilizar la existencia de la especie al sur del Duero con la actividad ganadera".