La celebración de Las Victorias de Puebla devuelve a la vida a los Gigantes y Cabezudos que ayer, en la víspera del día grande, recorrieron las calles de la villa ofreciendo una estampa pintoresca y singular. Los vecinos e hijos de Puebla, fieles a su cita con la patrona, acompañaron el baile de las figuras junto a visitantes y forasteros que dejaban paso al cortejo animado por la charanga de "Los Míticos". El colorido de las peñas sumó atractivo a una comparsa que ya constituye uno de los atractivos de las fiestas.

Gigantes y Cabezudos partieron de la Plaza Mayor para bajar por el conjunto histórico de la villa hacia la Plaza del Arrabal y continuar el recorrido por los barrios de Candanedo y San Francisco, donde figuras y vecinos bailaron todos juntos a los sones de la charanga imitando el balanceo de brazos de las grandes personajes. Un festejo en el que concurren El Chino y La Negra, los más veterano de la pasarela (datan de 1848 igual que la Virgen de las Victorias), el Zapatero y la Zapatera (representantes de un gremio con pujanza en la historia de Puebla), el Conde y la Condesa, el Sanabrés y la Sanabresa, y el Rey y la Reina. Junto a ellos un plantel de cabezudos que conforman uno de los conjuntos de figuras más emblemáticos de Zamora.

Un grupo de vecinos de Puebla vela durante todo el año para que las grandes y pequeñas figuras luzcan con todo su esplendor. Son ellos los encargados de mantenerlas, restaurar los pequeños desperfectos, sobre todo de las manos, y que hoy vuelvan a salir del Museo esplendorosos para acompañar a la Virgen.

El desfile con las paradas de rigor para que los cargadores de las figuran recuperen fuerzas gracias al consumió que ofrecen los vecinos en determinados puntos del recorrido. Una vez finalizada la comparsa vecinos y visitantes degustaron una paella popular en la chopera, junto al Tera.

La subida a las escaleras del Castillo, toro infantil para los más pequeños y la verbena cerraron la jornada festiva.