El encierro campero de las fiestas de San Sebastián convirtió ayer a Sanzoles en centro taurino de la Tierra del Vino. Desde el pago de El Sapo, donde fueron soltadas las reses, hasta la zona de la Casilla, muy cerca de las Llaves, decenas de caballos, cientos de personas y vehículos permanecieron desde las diez de la mañana hasta pasado el mediodía. Los astados cumplieron durante un tiempo, hasta que el agotamiento pudo con ellos y con su bravura. El encierro no estuvo exento de sustos para corredores y caballos en una zona donde no hay refugio, ni tan siquiera árboles. Vecinos de Sanzoles, pero también de otros pueblos de la comarca y del sur de la provincia, participaron en el festejo taurino que, como ocurre todos los años, llenó el pueblo de animación. Las fiestas de San Sebastián continúan durante toda la jornada de hoy.