El puente sobre el río Tera, por encima de la presa de Vega de Conde sigue como estaba hace meses, caído. Varios excursionistas y montañeros han denunciado la situación a este periódico y critican la "falta de atención" de la Junta a una construcción singular, "muy sencilla, pero única, que cumplía una función esencial".

Este diario publicó el pasado mes de mayo que la Junta había abierto una investigación para clarificar las causas del derrumbe del puente. El resultado de la investigación no ha trascendido y el puente no se ha arreglado.

En el periodo estival muchos excursionistas, de camino desde los embalses de Vega de Tera y Vega de Conde hasta Peña Trevinca, se han encontrado con la construcción caída. Más que por el inconveniente de tener que cruzar el río, en un tramo en que baja muy poca agua, se quejan de que un puente emblemático "esté destrozado sin que a nadie de la Administración regional parece que le importe",

En primavera fue el montañero Antonio Barrero quien dio la voz de alarma. Lo denunció en este periódico de forma muy gráfica: "Cuando llegamos al puente no nos lo creíamos. El soporte superior de piedra estaba destruido. La laja principal y otras muchas pequeñas estaban en el río. Para cruzar a la otra vertiente había que meterse en el agua. Es una gran pérdida por la singularidad de la construcción, única y que creíamos eterna".

Aunque inicialmente varios montañeros, incluido el presidente de la asociación zamorana, José Tomás Santiago, plantearon la posibilidad de que el puente hubiera sido destruido intencionadamente, después se dio por hecho que el derrumbe se había producido de forma natural, debido al peso de la nieve sobre las lajas y el desequilibrio de las piedras que servían de soporte a la laja principal, de más de dos metros.

Otra hipótesis contempla que las piedras que hacían el paso no llegaban a los extremos de la construcción, por lo que en época de gran caudal de agua, esta ha arrastrado los apoyos laterales que hacían de contrapeso, y las lajas centrales han caído al perder su apoyo. En cualquier caso, no se ve que las piedras hayan sido partidas, lo que lleva a descartar la acción humana.

En los últimos años, y según algunas fuentes consultadas, agentes de Medio Ambiente ya habían colocado cuñas entre las piedras para evitar que "quedaran en el aire" y se produjera el derrumbe, lo que finalmente sucedió. Las mismas fuentes aseguran que "la infraestructura lleva años en mal estado sin que nadie haya hecho nada por rehabilitarla; ahora lo que hay que hacer es arreglarla", extremos que de momento no se ha cumplido.