Una placa instalada en el pilar del pato, en el Lago de Sanabria, preserva desde este fin de semana la integridad de la figura frente a los amigos de pintar en obra ajena. La misión de esta pequeña construcción es la de advertir a las embarcaciones del peligro de colisionar con la roca que aflora a pocos metros de la isla de las Moras, con la gracia de estar coronada por la anátida.

Este punto es uno de los más visitados por las pequeñas embarcaciones de recreo, patines y piraguas, que navegan por el Lago. Llegar a la Isla de las Moras y dar la vuelta al pato es algo más que una ruta navegable.

El vecino de Ribadelago, César Fernández Fernández, por iniciativa propia encargó hace pocas fechas una placa para preservar al guardián de la roca. Una placa en la que puede leerse un sencillo ruego "por favor, respeten el pato". El pasado sábado liberó su pequeña barca y sacó tiempo para colocar la advertencia en el lugar que días antes había preparado para fijar la chapa. Con otro compañero hizo unos agujeros profundos, para asegurar que nadie se lleva la placa.

Este pato, pese a no ser de especie cazable, es objeto de deseo para los amigos de hacer el tonto. La sencilla estatua del pato se repuso el 5 de julio del año 2013 cuando unos gamberros se llevaron la figura anterior que había en lo alto del pilar. Hace pocas fechas otro gracioso o graciosa "marcó" la figura con unas iniciales. Por ese motivo, Fernández decidió pagar de su bolsillo los 25 euros de la señal y ajustarla al lugar.

Como ribereño y pescador lleva toda la vida en el río, prácticamente desde que era un niño, y reconoce que salir prácticamente a diario "me gusta mucho". Se acompaña de la caña de pescar, el motor eléctrico y, por seguridad, los remos. En el río Tera a la cabecera del Lago hay una docena de pequeñas barcas, la suya fue de las primeras que se compraron para disfrutar del río y el Lago. El único tropiezo a ese disfrute era la roca en la que más de una vez chocaron accidentalmente al no estar señalizada, cuando el Lago estaba muy bajo, y dejaba la roca al ras del agua.