En una tarde ventosa, nublada y fría con amenaza continua de lluvia se ha celebrado ayer el festival taurino de las fiestas de Fermoselle con una gran entrada y novillos de Lorenzo Espioja, bien presentados excepto el primero, y bravos y encastados excepto el tercero.

El zamorano Alberto Durán que sorteó el peor novillo de la tarde, el más grande y complicado, además, con un defecto en la vista, por lo que le costó meterlo en el canasto estuvo firme y poderoso sometiendo al novillo desde las primeras embestidas y aguantando las brusquedades del animal. Empezó con un toreo por bajo doblándose para ahormar la embestida y todo su trasteo se desenvolvió con la mano derecha, ya que la dificultad del novillo por el pitón izquierdo era muy grande. A medida que iba avanzando la faena, Alberto Durán se sobrepuso a esa condición bruta del novillo y desgranó una serie de derechazos con calidad y con una gran valentía. Para redondear su trasteo terminó con unas manoletinas que fueron jaleadas por el público. Después de un pinchazo en todo lo alto cobró una buena estocada y fue recompensado con las dos orejas y una vuelta al ruedo entre ovaciones.

El valenciano Vicente Barrera estuvo sobrio con el capote ante un novillo con poca presencia, pero de gran calidad, al que el presidente, creo que de manera desmedida, le premió con la vuelta al ruedo. Bien es cierto que Barrera estuvo muy sobrado con él, sobre todo con la mano derecha porque el toreo en redondo se veía acompañado por la calidad y la suavidad del eral. Termina su trasteo con varios circulares rematados con un cambio de mano y el toreo a pies juntos tan característico en su dilatada carrera. Cobró una muy buena estocada que hizo doblar a su enemigo, por lo que le concedieron las dos orejas.

El salmantino Juan Antonio Siro se encontró con un novillo bravo que fue de menos a más, con gran codicia pero con temperamento y al que había que aguantar, por lo que su trasteo aun muy voluntarioso, estuvo por debajo de la calidad del de Espioja. Lo mejor de su trasteo fue una tanda con la mano derecha con la mano baja, aunque un poco despegado. Por la izquierda sufrió un desarme en el segundo lance y bajó un poco el tono de la faena. Obró una estocada de manera defectuosa y otra entera que fue suficiente por lo que cortó una oreja.

El joven novillero salmantino Alberto Escudero, al que vimos el Domingo de Resurrección en Zamora está más que preparado en esta difícil profesión. Ha sido el que mejor ha lanceado de capa la verónica y casi todo su trasteo con la franela ha sido con la mano derecha con pasajes llenos de temple y ritmo. El novillo le acompañó a pesar de la dificultad que encontró para caminar con una banderilla. Lo menos bueno de su actuación fue la colocación de la espada, por lo que tuvo que entrar a matar en una segunda ocasión y el premio se quedó en solo un trofeo que bien hubieran podido ser dos si está un poquito más acertado con los aceros.