La noche de libros, música y estrellas brindó al público una velada generosa el viernes que abrió el alcalde de Puebla, José Fernández, con la lectura al cuento del "Empresario y el pescador" para dejar el espacio público abierto a la cultura a la guitarra y la voz del intérprete Alejandro David González. La técnico de turismo, Teresa del Estal, aportó un relato familiar "Calabor" que volcó la esencia espiritual de las aguas sobre la "princesa congelada". La percusión suave Fernando García Cano recordaba entre líneas que la velada saltaba de la oratoria a la música en una transición suave.

A diferente timbre sonaron las voces de Roberto Peña, con el relato "El lagarto de los Losada", a coro con los niños Leo Peña y Lisa Peña, con un castellano suavizado por su acento nativo de la Guayana francesa y el carballés de Santa Eulalia del Río Negro. El cuento tendió puentes entre la cultura popular y el guiño a la modernidad.

Con Irene Alonso y la lectura de sus "haikus" de gallinatos apareció el movimiento fuera del atril de lectura, con paso cadente como sus versos. La creación no tiene límites cuando hay imaginación como en el relato de "La maragata suiza" con voz de Ester Prada.

El grupo gallego Cantareras Xestreu protagonizó en Lubián la noche del "Cortello" de cuentos, historias de lobos y corderos. Las componentes femeninas dejaron huir por las paredes tramperas del lobo un generoso repertorio de música tradicional en gallego, portugués y catellan.