Las carreteras nacionales y otras vías de gran afluencia de tráfico suponen una de las principales fuentes de ingresos para los pueblos que atraviesan. No solo las gasolineras, hostales y restaurantes viven de los transeúntes, los propios monumentos de pueblos pequeños reciben más visitas si son visibles desde la carretera. En Granja de Moreruela lo saben bien, pues desde que se abrió el último tramo de la autovía A-66 entre Zamora y Benavente las visitas al Monasterio de Santa María han bajado en más de un 40%. Concretamente, en el mes de junio el Centro de Interpretación del Monasterio recibió 120 visitas, frente a 206 durante el mismo mes de 2014, un descenso del 42%. En julio la caída ha sido aún peor, pues recibió a 131 turistas, frente a las 242 del año anterior, un 46% menos.

El problema radica en que el monasterio no está señalizado en la autovía, pese a que la localidad sí cuenta con una salida, la 238, para Granja y Fontanillas de Castro, por lo que esta joya del románico cisterciense pasa inadvertida para la mayoría de los conductores, que cuando viajaban por la Nacional 630 sí paraban porque el desvío al monasterio está indicado en las entradas del pueblo.

Desde el Centro de Interpretación explican que las visitas que se conservan son gracias a los peregrinos que llegan andando en dirección a Santiago de Compostela, y que en el mes de junio supusieron más de la mitad de las visitas registradas. A pesar de que existe otra salida de la autovía a un área de servicio junto a Granja, el cartel tampoco habla del monasterio, y se dedica a indicar las prestaciones que el área ofrece.

Otro monumento de la zona sin señalización turística en la autovía son las ruinas del castillo de Castrotorafe, del siglo XII, en el término municipal de San Cebrián de Castro. Este monumento sí estaba incluido en el plan del Ministerio de Fomento, pero la única señalización turística se encuentra en una rotonda al abandonar de la autovía por la salida 250, indicada en la A-66 como Fontanillas de Castro, sin rastro del castillo.

El alcalde de San Cebrián, Francisco Javier Aguado, cree que "no es necesario indicar Castrotorafe en la autovía, es obligatorio" y asevera que "Fomento ha metido la pata". El primer edil del municipio recuerda que las ruinas pertenecen a la Diputación de Zamora, "aunque en San Cebrián de Castro las sentimos como propias".

El diputado provincial de turismo, José Luis Prieto Calderón, afirma que "hay que tener en cuenta que la autovía ha entrado en funcionamiento hace pocos meses, desde la Diputación siempre trabajamos para que todos los servicios turísticos estén señalizados de forma correcta en todas las vías de nuestra competencia, pero la autovía depende del Ministerio de Fomento, no de la institución provincial".

El presidente del Patronato de Turismo recuerda que la Diputación sí ha colaborado recientemente con otras administraciones, como la Junta de Castilla y León, en la señalización de lugares de interés turístico, como la Ruta del Duero.

Las Lagunas de Villafáfila, recientemente declaradas Reserva de la Biosfera por la Unesco en el proyecto Meseta Ibérica, promovido por la Diputación de Zamora, tampoco están indicadas en la nueva autovía. Los humedales forman parte de la reserva junto con otros espacios como la Sierra de la Culebra, el Lago de Sanabria y los Arribes del Duero.

Este tramo de 49 kilómetros de la Autovía Ruta de la Plata entre Zamora y Benavente ha costado al Ministerio de Fomento 998 millones de euros, pese a haber sido adjudicadas en 179 millones, y su construcción duró casi dos años entre agosto de 2013 y mayo de 2015, cuando se abrió al tráfico.