El número de lobos que los cazadores podrán abatir en la temporada 2015/2016 en Castilla y León, al norte del río Duero como establece la normativa europea para proteger a esta especie al sur, aumenta ligeramente respecto al año anterior hasta los 143 ejemplares, frente a los 140 de la pasada campaña.

Así lo ha fijado la resolución dictada por la Dirección General de Medio Natural de la Junta de Castilla y León que ayer publicó el Boletín Oficial de la Comunidad, que reparte el cupo de lobos que se pueden cazar entre 33 comarcas de seis provincias: Burgos, León, Palencia, Soria, Valladolid y Zamora.

Con los datos de años anteriores, León se mantiene como el territorio con un número más elevado de lobos que podrán ser abatidos, al repetir con los 50 ejemplares de la temporada anterior, seguida de Zamora, que aumenta hasta los 40 animales respecto a los 36 de año anterior, y de la provincia de Palencia, que también mantiene sus 31 animales del pasado año.

Con un menor número se mantienen en la cifras de la anterior campaña Burgos, con quince y la misma distribución comarcal; y Soria, con tres y en las mismas zonas, mientras que Valladolid pasa a tener un cupo de cuatro frente a los cinco de la pasada temporada.

La Montaña de Riaño, en León; Aliste y Sanabria, en Zamora; y Cervera, en Palencia, siguen siendo las comarcas donde la caza del lobo está más permitida por el mayor número de ejemplares detectados por los técnicos medioambientales en los censos que periódicamente se elaboran y que sirven de base para fijar la presión cinegética.

Según el último de estos censos, publicado el pasado año con datos correspondientes a 2012 y 2013, un mínimo de 179 manadas con unos 1.600 lobos, el veinte por ciento más que en 2001, componen la población de este mítico animal en Castilla y León, donde se reúne en torno al sesenta por ciento de los existentes en España.

El censo fue el resultado de dos años de trabajo en los que se ha analizado el cien por cien del territorio de la Comunidad, para lo que se han inspeccionado a pie 51.200 kilómetros cuadrados, con dos visitas a cada uno de los itinerarios previstos, en las que se hallaron 10.085 excrementos, 2.828 huellas y 438 rascaduras de grupos para marcar su territorio.

La caza del lobo enfrenta actualmente los intereses de ecologistas, que defienden la directiva europea dictada para proteger la existencia de este animal; los de los ganaderos, que denuncian los ataques sobre la cabaña ganadera; y los de los cazadores, que han pedido que el lobo tenga el mismo tratamiento que otras especies y se eleve el cupo de animales que pueden ser abatidos.

Sin embargo, la Federación de Caza ha reconocido que las capturas que se producen cada temporada quedan por debajo del cupo establecido por la Administración en el norte del Duero.

Según lo establecido en la Orden Anual de Caza, la temporada del lobo se distribuirá del 1 de septiembre hasta el 26 de septiembre únicamente con la modalidad de "rececho o aguardo/espera"; desde el 27 de septiembre y hasta el 21 de febrero de 2016 en todas las modalidades de caza, y exclusivamente para las modalidades de espera se amplía el plazo hasta el 29 de febrero.

No obstante, con la publicación de la resolución publicada hoy en el Bocyl se abre un plazo de un mes para que los interesados puedan plantear ante la Consejería de Fomento y Medio Ambiente un recurso de alzada para oponerse a los cupos fijados.