La muerte vuelve a estar presente en la Laguna Grande Manganeses de la Lampreana debido a la falta de agua que sufre el escenario por causa de la sequía. La visión de algunas carpas y cangrejos muertos, o en un lamentable estado de agonía, es una imagen que produce rechazo y críticas de algunos ciudadanos que consideran que este desenlace obedece a una incorrecta gestión sobre una laguna. No es algo nuevo. Prácticamente todos los años de escasez de lluvia presenta los mismos males.

Es una situación conocida desde hace años por los responsables de la Junta de Castilla y León, así como de la Confederación Hidrográfica del Duero, a quienes ha advertido el Ayuntamiento, pero que siempre han hecho oídos sordos para eludir actuaciones de mejoras que eviten los repulsivos cuadros veraniegos.

El Ayuntamiento de Manganeses de la Lampreana, presidido por el popular Juan Carlos Bueno, ante la falta de ayuda institucional, tiene previsto acometer algunas actuaciones que mitiguen estos episodios. Pone de manifiesto que el principal problema que sufre la laguna "es el aterramiento". Es un enclave fluvial que se colma de arena y tierra arrastradas por las escorrentías.

El regidor tratará de mejorar las condiciones de la laguna excavando en su lecho "para que tenga mayor profundidad" y, de este modo, conserve un volumen de agua durante más tiempo. Es una operación que la Alcaldía ya realizó año atrás, para salvar la vida que habitaba en esta laguna, y que estaba abocada a morir por falta de agua.

Responsables de la Confederación Hidrográfica del Duero tuvieron ocasión ayer mismo de conocer la situación porque precisamente visitaron Manganeses de la Lampreana, por un asunto de la depuradora, y fueron llevados al lugar. Como la Junta de Castilla y León, el organismo de cuenca alude a "la falta de medios" para poner remedio al problema.

La Alcaldía está convencida de que "es ahora el momento de actuar porque una vez que den comienzo las lluvias resultará imposible para la maquinaria operar en la zona".

La Laguna Grande de Manganeses de la Lampreana gozó en su tiempo de gran atractivo y resultó un escenario fluvial de enorme recreación para los habitantes de la localidad. Todo pareció cambiar de destino cuando, hace unas décadas, un alcalde optó por desecarla y procedió a atollarla para suprimirla de la faz de la tierra.

En su mejor momento, según recuerdan vecinos de la localidad, "las personas iban a bañarse una vez que dejaban de trillar" y de sudar la gota gorda con las labores agrícolas diarias. También el ganado iba a este lugar para abrevar, tras su ocupación en las faenas del campo. En el punto donde estaba el bebedero se plantaron árboles. Esta laguna era, además, "un sitio al que íbamos los chavales a bañarnos" manifiestan fuentes locales.

Lampreas para el rey

Recuerdan que esta laguna contaba "con un manantial" constante, y nunca se secaba. Lo denominaban la poza Mocho, porque en las proximidades un panadero, así llamado, tenía una huerta. Este manantial también fue objeto de anulación y sobre él se vertieron camiones de tierra.

La Laguna Grande de Manganeses de la Lampreana fue antaño un escenario piscícola de mucho aprovechamiento. "Había ranas a punta pala" comenta un vecino. Pero, en otra época histórica resultó un vivero de lampreas que hacían las delicias gastronómicas de los reyes de España. Tal era así que "no dejaban arrimase a nadie" para impedir que nadie extrajera un pescado predilecto de la mesa real. Precisamente las lampreas dieron el nombre a la comarca de la Lampreana.

El enclave fluvial es un vivero de carpas y otros peces, posiblemente introducidos por los pescadores que pretendían así crear una zona de recreación, o para enriquecer el hábitat con especies que dieran vida y alegraran la vista de la gente y el patrimonio natural local. Pero la sequía es el azote que convierte a esta laguna, próxima al casco urbano, en una poza de especies muertas y en un foco de contaminación.