Un lobezno agradecerá a su modo y manera que los agentes medioambientales le hayan salvado hoy la vida cuando deambulaba sobre el encenizado suelo dejado por incendio iniciado en Latedo. Marchaba la criatura sobre una superficie quemada, completamente desorientada y con las almohadillas de las cuatro patas abrasadas. Buscaba con desesperación la salvación y un horizonte en un escenario desconocido e hiriente cuando fue visto por un agente medioambiental que se apresuro a recogerlo.

Por instinto y la pura veta de esta especie, el cánido "corría lo que podía" para escapar, pero el forestal logró retenerlo "poniéndole la bota del pie encima" para evitar así las dentelladas lanzadas por un lobezno salvaje como él solo. Otros agentes que se hallaban a unos tres kilometros corrieron a ayudar y, con unos guantes y sujetándole la cabeza, lograron reducirlo y manejarlo con todos los miramientos.

Para el traslado se utilizó la jaula donde pasaba sus últimos momentos un ratonero que, precisamente, fue soltado ayer para dar acogida al nuevo y especial inquilino. El ave, restablecida en el Centro de Recuperación de Aves de Villaralbo, como es de sentido común, fue soltada en el hábitat donde apareció para que recobrará su libertad con las máximas garantías y sin extrañezas.

El lobezno, "de unos dos o tres meses de edad", fue trasladado hasta el Centro Temático del Lobo, en Robledo , y se buscó para no perder tiempo las mejores vías de comunicación. Se cruzó la sierra de la Culebra por San Pedro de las Herrerías y, a continuación, se tomó la autovía Rías Bajas para no perder ni un minuto. Los agentes evitaron así la intransitable, impresentable y vergozonsa ruta de la Culebra que enlaza con Robledo.

En el Centro Temático fue tratado y curado por los veterinarios como un verdadero paciente. Se proporcionó al predador suero para atajar la deshidratación que llevaba encima, se le suministró paracetamol para aliviar sus dolores, antibiótico para curar sus graves heridas y, tras los debidos lavados y curas, le envolvieron las patas en gasas. Ahora todo es dejar que el tiempo transcurra con las oportunas revisiones veterinarias y vivir en el reposo forzado que exigen la lesiones, que para un lobezno montuno de pura cepa es un reto y un saber estar, pero es sabido que los lobos son tan inteligentes como el hombre, de ahí que hayan sido vidas paralelas durante milenios.

El rescatado de la muerte no ha sido bautizado todavía pero, posiblemente, por ser macho, reciba el nombre de Latedo, que además es el lugar donde apareció. A pesar de la pésima experiencia, tiene la suerte de contar con una compañera, "Brasas", que vivió la misma tragedia. "Brasas" fue recogida en el incendio de Castrocontrigo (León) que, como el de la Raya, calcinó en el verano de 2012 una superficie desorbitada y lo llevó todo por delante. Recogida y curada, salió adelante y hoy forma parte de la población lupina que da vida al Centro Temático del Lobo, de Robledo.

El lobezno salvado ayer llorará, posiblemente, la pérdida de los padres y hermanos, cuyo destino es desconocido. No se sabe si algunos habrán muerto entre las llamas o, por contra, salvado el pellejo, porque los incendios en los pinares a veces no dan tiempo a escapatorias, pero también hay animales que huyendo de lasllamas logran ponerse a salvo en zonas no tocadas por el fuego. En este caso, salvo la vida y encontrará compañero y compañeras que le impulsarán a seguir adelante, como es propio de los lobos y han demostrado a lo largo de la historia. Su destino se aventuraba más que negro por las condiciones en que se hallaba y el infierno en el que trataba de sobrevivir.

"El colectivo de Agentes Medioambientales estamos muy contentos con haber salvado a este lobezno", expresaba ayer uno de los participantes en la operación lobo e integrante de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León. "Todos esperamos que se recupere y viene bien para la moral porque el territorio calcinado es una zona muy querida para los forestales".