El encierro campero de las fiestas de La Magdalena en Moraleja ya se ha convertido en una cita ineludible para los aficionados taurinos del alfoz de Zamora y cada año son más los que acuden con sus vehículos para presenciar el festejo que en esta ocasión contó con dos utreros de los Hermanos Bragado que proporcionaron un espectáculo de más de dos horas de duración y sin heridos.

En el paraje del moro se congregaban casi 150 caballistas cuando pasadas las 10 de la mañana se soltaba el primero de los astados, cinco minutos después salía el segundo, y aunque centenares de vehículos y decenas de remolques llenaban el lugar, los jinetes fueron los protagonistas de la jornada. Durante los primeros minutos del encierro los bóvidos se alejaron del prado, en dirección a Gema y Bamba respectivamente, y a pesar de que uno de ellos se refugió durante un buen rato en un pinar los caballistas tuvieron la destreza necesaria para devolverlos a la pradera y poder seguir realizando carreras ante la mirada de miles de personas que contemplaban el encierro desde los remolques de las peñas o desde sus coches en altozanos próximos.

A pesar de que el sol calentaba, los novillos aguantaron bien y se mantuvieron activos a lo largo de la mañana. Pasadas las doce y media del mediodía eran devueltos al camión y se daba por finalizado el encierro. La sensación de la mayor parte de los aficionados era de satisfacción con el desarrollo del encierro. Los únicos daños que hubo que lamentar fueron materiales, pues uno de los bóvido embistió varios coches destrozando el faro de uno y aboyando una de las puertas de otro.

No sucedió así durante el encierro urbano celebrado el sábado por la noche, en el que un hombre de mediana edad sufrió una cogida en un muslo al tiempo que, según testigos presenciales, el astado lo elevaba por los aires y el aficionado aterrizaba con la cabeza, abriéndose una brecha en la frente. El herido fue atendido por los servicios médicos y posteriormente trasladado a la capital.

Las fiestas se prolongarán hasta el miércoles, el día de la patrona, para culminar el jueves con una jornada dedicada a los mayores de la localidad. Este fin de semana la localidad se ha llenado con miles de personas de toda la provincia atraídas por las verbenas nocturnas. La alcaldesa de Moraleja, Eva María Calvo, afirma estar "muy contenta porque hay muchísima gente todos los días". La noche del sábado fue la de mayor afluencia, tanto durante el encierro nocturno como durante la posterior verbena, que mantuvo las calles del pueblo llenas hasta las ocho de la mañana. Esta noche se celebrará una cena de convivencia entre las peñas que culminará con una discoteca móvil.