Un rebaño de 3.000 ovejas de raza castellana procedente de Aliste ha atravesado la comarca de Sanabria en dirección a la sierra de Gamoneda donde pastarán todo el verano en los terrenos de la Junta Vecinal de La Tejera. El pasado sábado el grueso del rebaño que proviene de Bercianos, Rabanales, Palazuelos y Fradiellos cruzó desde Puebla de Sanabria por los términos de Castro, Santa Colomba y Terroso antes de comenzar el ascenso a tierras de la Alta Sanabria.

El corte de la vía pecuaria en el municipio de Cobreros, en el término de San Miguel de Lomba, obligó a recorrer un tramo de unos cientos de metros sobre la carretera Nacional 525. Los pastores se encontraron una finca cercada, limítrofe con la carretera, ocupando parte del camino ganadero por lo que tuvieron que avisar a la Guardia Civil para poder circular con el ganado por la carretera. Los agentes canalizaron momentáneamente el tráfico para facilitar el tránsito del rebaño, hasta que pudieron tomar de nuevo su camino.

Los pastores alistanos recalcaban el mal estado de la cañada, en unos casos por su ocupación y en otros por "tenerla cerrada". El ganado custodiado por los pastores José Ramón Fernández, Tomás Teso, Carlos Casas y Anselmo Pérez comenzó el trasiego de los ganados a los pastos de verano el pasado miércoles desde Bercianos y Rabanales para finalizar el viernes en Puebla de Sanabria y comenzar el recorrido hasta los pastizales de la sierra de La Tejera "donde hacía varios años que no subíamos".

El rebaño pudo sestear todo el día en el término de Terroso y San Martín de Terroso, en el paraje de Fuente Romeira, antes de abordar la última etapa del camino.

En la primera quincena de julio prácticamente todos los ganados trashumantes procedentes desde Aliste han completado su camino hasta los pastizales de la sierra.

Durante estos días, los guías de los rebaños han trasladado sus quejas para denunciar el mal estado de las vías pecuarias de la comarca sanabresa.

En su camino han encontrado una acusada sequía que ha provocado que los animales pasen días enteros sin comer y casi sin beber, debido a la escasez de agua en la zona.

Sin embargo, una vez en la sierra la perspectiva es mucho más positiva puesto que allí, según aseguran los pastores, la presencia de agua está asegurada y existe comida suficiente para que los rebaños pasen todo el verano aprovechando los pastizales de montaña.

Los ganaderos y profesionales de la trashumancia luchan para que este fenómeno que cada año se practica en menor medida, no se de por desaparecido.