Un ingeniero geólogo vecino de Fuentelapeña, César Torrero Fernández, ha elaborado un estudio de estabilidad y rehabilitación de las bodegas subterráneas de esta localidad, las cuales sufren un proceso de deterioro progresivo desde hace 15 año que ha llevado al hundimiento de algunas de ellas, tal y como ha recogido este diario en diferentes ocasiones. El análisis que Torrero ha presentado como proyecto de fin de carrera en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca propone una serie de soluciones para la conservación de estas tradicionales construcciones cuyo coste cifra en unos 400.000 euros.

Torrero ha estudiado también las causas del problema, entre las cuales se encuentran diferentes factores naturales unidos al abandono y la falta de mantenimiento de las bodegas debido el declive de la industria vinícola en la zona. El ingeniero geólogo afirma que "el tipo suelo de Fuentelapeña, de arenisca, no reúne las mejores condiciones para este tipo de estructuras, es una roca muy porosa, que hace un efecto esponja", de hecho es precisamente el agua la que debilita la piedra de las bodegas. A pesar de que el agua subterránea se encuentra varios metros por debajo de estas estructuras, la roca se encuentra "saturada", ya que "el agua es capaz de ascender debido al fenómeno de la capilaridad" -explica el estudio del fuentelapeñino- "las bodegas necesitan un alto porcentaje de humedad en el aire para los procesos de elaboración del vino, pero un exceso de humedad deteriora la estructura", lo cual ha empezado a ser un problema en los últimos años.

Antes, "las bodegas se inspeccionaban periódicamente y los propietarios se aseguraban de evitar el exceso de humedad ventilando las galerías, y cualquier exceso de agua se drenaba enseguida", añade .

Sin embargo, además de que las bodegas no están tan vigiladas como cuando eran la base de la economía local, otros factores han contribuido a aumentar la humedad en el suelo, principalmente el asfaltado de hormigón en las calles, un material que disminuye "drásticamente" la capacidad de aireación del terreno", pero "con juntas en las soleras y fracturas que no impiden la infiltración de agua". Además, "la construcción de la red de saneamiento incrementó la cantidad de agua dado que las tuberías no son del todo estancas". Torrado concluye que el agua ha disminuido hasta 10 veces la resistencia de la roca y produce inestabilidades.

Todo ello ha llevado a que en los últimos años se produzca la caída de bloques aislados en algunas bodegas, o desprendimientos en masa en otras, que han llegado a provocar "grietas horizontales, verticales y a 45 grados en fachadas de edificios cercanos", así como socavones en las calles.

Entre las medidas que propone César Torrado en su proyecto se encuentran soluciones correctoras para bodegas en estado de deterioro moderado para evitar su derrumbe y el tapado de aquellas cuyo deterioro está muy avanzado, con el objetivo de evitar que sigan produciendo daño en edificios de la superficie. El tapado, por problemas de espacio, se debería de realizar desde la superficie, "mediante la excavación de la bóveda y posterior relleno y compactación con zahorra".

En cuant a aquellas bodegas que todavía se encuentran moderadamente deterioradas, propone levantar arcos de mampostería de ladrillo de medio punto apoyados sobre muros de hormigón armado, así como actuaciones para prevenir la acumulación de agua que consistirían en inspecciones periódicas por parte de los propietarios, quienes deberían achicar el agua acumulada con cámaras de bombeo, realizar ventilaciones periódicas simultáneamente en todas las bodegas para facilitar que la corriente sea mayor, retirar la nieve que se pueda acumular en la calle por encima de las bodegas y llevar a cabo una revisión de la red de saneamiento en busca de desperfectos.

César Torrado recuerda que todas estas medidas se podrían exportar a otras localidades con el mismo problema, como Fuentesaúco. El geólogo asegura que ha trasladado el proyecto a la Diputación por si quieren financiar la rehabilitación de las bodegas, aunque es consciente de que "el presupuesto necesario es elevado para estos tiempos", y agradece la colaboración prestada durante sus investigaciones por parte de la alcaldesa de Fuentelapeña, Ángela Escribano.