Rabanales, aparte de por sus orígenes, desde la romana Rubellus, es conocida en la historia contemporánea por ser un pueblo íntimamente ligado a la ternera de Aliste a la brasa y a los boletus edulis, dos productos propios de toda la comarca que en dicho pueblo han encontrado el punto clave para la degustación y comercialización.

La primera jornada, sabatina, del Día de la Comarca, atrajo a numerosos visitantes que, aparte de las actividades culturales y folclóricas, aprovecharon para degustar la rica gastronomía. "He disfrutado del día, me gustan Aliste y sus gentes, su historia y sus tradiciones, pero cada vez que vengo la carne es que me cautiva, me encanta comermeme un chuletón de ternera alistana a la brasa, asado a la lumbre de encina, es un manjar, para mi, lo mejor de Zamora" sentenciaba Joaquin Cantalapiedra Reus llegado desde Valladolid.

Otros optaron por visitar el Centro de Interpretación de la Micología para conocer la historia y las peculiaridades de las setas, aprovechando para comprarse las delicias micológicas de Faúndez Gourmet, Mico Zamora o Gabemar.

Los amantes de la arquitectura civil y religiosa aprovecharon para recorrer las calles de Rabanales y admirar uno de los calvarios de granito más y mejor conservados de la Raya. Antaño se ubicaba en el Camino de Mellanes hacia las Eras Grandes hasta que en 1816 se decidió construir el actual desde la iglesia de san Salvador a las Eras Chicas por el Camino de Alcañices. El Vía Crucis tuvo un coste, en aquellos tiempos, de 4.152 reales, de los cuales 960 se fueron el "arranque de la piedra de las dieciséis cruces", 1.192 para "cincuenta y tres carros de cantería de Fornillos" y 2.000 para el maestro escultor.

Por otro lado, a apertura de las piscinas municipales, donde tiene lugar el Día de la Comarca, fue otro de los atractivos acogiendo a los primeros bañistas de la época estival. El 1 de julio, víspera de la Virgen de la Salud, abrió, como cada año, la llegada a la comarca de cientos de emigrantes que aprovechan las vacaciones veraniegas para regresar a los pueblos de sus padres y abuelos.