Las cascadas de agua son uno de los espectáculos naturales que engrandecen el paisaje de la provincia, especialmente en el Parque Natural Arribes del Duero y en la comarca de Sanabria, que cuentan con una orografía apropiada para el salto al vacío del agua.

Es un despeñamiento del agua que gustan de contemplar los naturales, que tienen en sus feudos este encanto, pero cada año son más los amantes de la naturaleza que deciden acercarse a los escenarios donde se dan estas manifestaciones fluviales.

La sequía reinante ha privado, por ahora, de admirar en toda su dimensión significativas cascadas que los regatos y los arroyos ofrecen al descender a los grandes ríos precipitándose desde las alturas, tanto en la vertiente del Duero, como a la vertiente del Tormes; pero siempre hay excepciones o cursos de agua que se resisten a perder todo su agua a estas alturas de la primavera y ofrecen el espectáculo a los ojos de los amantes de la naturaleza. Es el caso de la denominada cascada de la Escala, en Fermoselle.

Entre los que no han querido perderse la recreación está el fermosellano Roberto Fariza, que aprovechó el buen tiempo reinante y las posibilidades de observar esta belleza natural para dar a conocer estos saltos al vacío del agua a familiares y amigos.

La cascada de la Escala cae en la cuenca del Tormes y es una de las que en los momentos de extraordinarias precipitaciones concede un espectáculo esplendoroso.

El mismo acercamiento hasta el lugar en estos momentos constituye una saludable excursión, acompañada por la floración que registra los ámbitos de arrribes y la riqueza ornitológica que se deja ver ya por una y otra parte.