-Para conocer la realidad de los pueblos hicieron un trabajo de campo previo.

-Se hizo una pequeña encuesta un poco casera. Tengo que decir que nos sentimos un poquito decepcionados con los propios compañeros porque esta encuesta no era a nivel de personas sino que los curas o una persona de referencia en el pueblo nos contara la realidad. Esperábamos más participación por parte de los curas.

-¿Empiezan a ver brotes verdes?

-Es pronto. Todavía no nos hemos sentado a analizar, en la última reunión una de las cosas que se ha planteado es hacer una pastoral de la gratuidad.

-¿Qué significa?

-Hacer sin esperar. Tenemos que sembrar y después Dios dirá, no nos corresponde a nosotros recoger. Es verdad que humanamente te gusta ver frutos, pero a veces no son tangibles. A veces es ver a la gente que se ilusiona porque el cura nos ha hablado de estas cosas.

-Un mensaje esperanzador, cambiante...

-Este estilo pastoral hace muchos años que existe, lo iniciaron en Aliste un grupo de curas pero después se ha adormecido un poco. Y hace cuatro o cinco años empezamos a intentarlo de nuevo. Yo hace mucho tiempo quince años que estoy trabajando con el movimiento de jóvenes rurales cristianos y llega un momento en que el Obispo me dice que esto no puede quedar circunscrito a Aliste ni a mí. A partir de ahí hace tres o cuatro años cuaja este grupo de pastoral rural y hasta el momento las actuaciones más fuertes que hemos tenido han estado vinculadas al día del mundo rural y hemos sacado algún comunicado más para dar un toque de atención.