Agentes del Seprona de la Guardia Civil y Agentes Medioambientales de la Junta investigan la muerte de una loba que apareció en las inmediaciones del casco urbano de Manzanal de Arriba, el pasado 30 de diciembre.

Se trata, según la ficha biométrica elaborada por el Servicio territorial de Medio Ambiente, de una loba adulta de entre 2 y 3 años de edad. A falta del informe, que se está redactando en estos momentos, no se puede aventurar la causa de la muerte, según la información remitida por la Delegación Territorial de la Junta.

Una vecina del pueblo avisó a la Guardia Civil de la presencia de un lobo muerto cerca de las casas del pueblo de Manzanal, la tarde del día 30 de diciembre. Los agentes de una patrulla de la Guardia Civil se personaron en el lugar esa misma tarde y procedieron verificar la información. Los agentes del Seprona incoaron el informe de los hechos para dar traslado a la Consejería de Medio Ambiente, el día 31. Sobre las 10.30 agentes de Medio Ambiente localizaron el animal para recogerlo y poder determinar la causa de la muerte. El estado del animal no permitía determinar a simple vista si fue muerte natural o violenta.

Varios días muerto

El presidente del coto de Manzanal, Domingo Turiel, a quien se le comunicó que había un lobo muerto, señaló que en esos días del mes de diciembre ni se organizó ni estaba autorizada ninguna batida ni ningún aguardo en su coto, unos terrenos cinegéticos colindantes con la Reserva Regional de Caza. La única zona donde había una batida era en San Salvador de Pazuelo, en el municipio de Cernadilla, que está localizado a una notable distancia y al otro lado del embalse de Valparaíso.

Turiel corroboró que el animal, en estado de descomposición, ya llevaba varios días muerto. Lamentó el estado de crispación que hay alrededor del tema del lobo en la Reserva y señaló que "siempre pagamos los mismos y terminamos siendo responsables los mismos, sean ganaderos, cazadores o los vecinos. Las leyes están para cumplirlas. Si el lobo se puede cazar, lo cazamos, si no se puede no lo cazamos. Lo que diga la ley". Turiel recordó que cuando comenzaron a morir los ciervos en al Reserva "nos culparon a los cazadores y a los cotos de esas muertes, hasta que se demostró que era a causa de una enfermedad, pero hasta ese momento se nos echaba la culpa a nosotros".