Pedro Nicolás de Vargas, deán y canónigo de la Catedral de Zamora, redactó en 1736 un informe de las fiestas que se celebraban en Sanzoles el día de San Esteban, patrono de los mozos. El documento se guarda en el Archivo Diocesano y fue localizado en 2010 por Bernardo Calvo. Entonces la relación entre vecinos y la Iglesia, en el marco de la mascarada, no era buena. Muy lejos de la que existe en la actualidad.

El documento demuestra que ya en el siglo XVIII se celebraba una mascarada en Sanzoles, con diferente parafernalia al actual Zangarrón, pero con el mismo espíritu. La visión que plasma Pedro Nicolás de Vargas es demoledora.

El religioso pidió entonces un control exhaustivo de la celebración, solicitando hasta prisión para quienes protagonizaban el "diabólico" abuso, que incluía el uso de máscaras y disparos en el interior de la iglesia.

La crónica de Pedro Nicolás de Vargas recoge que los mozos y otras personas de Sanzoles se disfrazaban y vestían de tal modo que se mofaban y burlaban de los empleos y dignidades religiosas "como obispos, papas y cardenales", queriéndoles imitar en los trajes. Otros, vestidos de guardas y con escopetas, se iban a la iglesia cuando se celebraban los divinos oficios y cantaban coplas y versos indecorosos que suponían un agravio para el honor y la fama de las gentes de Sanzoles.