Vecinos de Sampil piden al Ayuntamiento de Robleda-Cervantes que cumpla el compromiso de ceder el uso de los edificios de las antiguas escuelas a las asociaciones de vecinos del término.

El compromiso de la Alcaldía de ceder el uso a las asociación cultural de Sampil no se ha materializado en el actual mandato, tras la petición del colectivo interesado en ubicar la sede en el edificio y realizar actividades en el interior del local. El principal objetivo era precisamente poder disponer de espacio para realizar cursos dirigidos a la población, especialmente de mujeres, del pueblo.

El edificio ubicado en el Barrio Alto se encuentra en un estado aceptable porque no hace muchos años se sustituyó el tejado y el forjado, principal fuente de problemas para estos edificios que perdieron su utilidad.

La construcción es de dos plantas. El piso inferior está en condiciones para poder comenzar a realizar actividades. El recinto exterior está en peor estado porque en los últimos años, dado que no se ha cedido su uso, no se han limpiado lo que antes parecía unos pequeños jardines en la entrada principal.

La edificación anexa al inmueble está derrumbada parcialmente y en su interior se guardan dos máquinas una majadora, una limpiadora y un motor considerablemente deteriorados. Estos aperos dejaron de utilizarse a finales de los años 70.

El grupo municipal socialista suscribe la petición de los vecinos, que además se trató su cesión en sesión plenaria, además de subrayar el riesgo de accidente para los niños por el mal estado de la entrada y el cobertizo anexo. Hace unos años se depositaron maderas y hierros ante la fachada que no se han retirado y que quedan tapados por la maleza que ha proliferado en la zona.

Este edificio se levantó en la década de los treinta en el paraje de Rebouzo, a instancias de una Junta Gestora de vecinos, y se ha mantenido en pie 81 años desde su inauguración en 1933, cuando en el pueblo residían más de 300 personas. En la década de los setenta, con la galopante pérdida de población por la emigración, cierra sus puertas por falta de escolares. Tras el deterioro sistemático de la construcción en el último tercio del siglo XX, en 2007 se procede a su reparación, principalmente tejado y forjado. La falta de conservación del tejado ocasiona en estos momentos una gotera al no reponerse una de las pizarras de la cornisa, que al parecer se desprendió como consecuencia de la tala de un árbol.