La población de anfibios española se encamina en un estado vulnerable o de "drástica extinción" a causa de la aparición de virus y hongos "emergentes", y las especies de Zamora no escapan a un azote patológico que se ceba en ranas, sapos e incluso tritones, considerados, en ciertos escenarios, como biomarcadores de la buena calidad de las aguas.

De hecho, Zamora es una de las provincias españolas elegidas por los estudiosos de las nuevas patologías y también como campo de ensayo para buscar solución a unas infecciones que, según aseguran los investigadores comprometidos con este caso, están poniendo en jaque al mundo de los anfibios.

El científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y vicepresidente de la Asociación Herpetológica Española, Jaime Bosch, señala que actualmente se está investigando en áreas de Toro, así como en Mallorca, Málaga y Teruel. Pero también en Picos de Europa y Pontevedra se estudia un virus que trae de cabeza. "El hongo ya está en toda España" afirma contundente.

La provincia de Zamora, con fama tradicional de raneros de primer nivel, goza de numerosos escenarios idóneos para la crianza y la pervivencia de los anfibios, pero todo puede venirse abajo si el hongo denominado Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), o peor aún, el virus conocido como "ranavirus" se filtra en sus lechos fluviales . En este momento, es el territorio toresano el punto elegido para el estudio pionero, llamado Proyecto Cero, respaldado por la Fundación General del Consejo General de Investigaciones Científicas y apoyado financieramente por algunas entidades bancaria como el Santander.

Los investigadores llevan ya un tiempo alertando de la propagación de enfermedades, en casos zoonóticas(transmisibles al hombre,) como ha sido el caso del tan conocido ébola, pero que no es el caso. Se de novedosos virus y hongos que ponen en riesgo a la biodiversidad de anfibios que habitan en Zamora.

Bosch pone de manifiesto que no existe constancia de la presencia del virus del genero ranavirus, que ya está diezmando las poblaciones de media docena de tipos de anfibios en el norte de España, concretamente en Picos de Europa y Pontevedra, entre las que sufren con especial contundencia la infección el sapo común, el sapo partero y el tritón, pero sí golpea con fuerza el hongo denominado Batrachochytrium dendrobatidis , que incide de tal modo que esquilma anfibios con una celeridad asombrosa, al decir del científico Jaime Bosch, para quien "los anfibios de todo el mundo están en una situación desesperada". Se trata de un hongo que provoca la enfermedad conocida como quitridiomicosis y que, una vez que infecta la piel de un ejemplar, termina por ocasionar "un paro cardiaco" y su muerte.

Acuciados por el calado del problema se han incentivado las investigaciones y España está entre los países más activos. Bosch hace hincapié en que estamos "en una aldea global", de constantes idas y venidas de personas y avifauna donde los agentes infecciosos hallan acomodo y gratis desplazamiento hacia urbes y espacios de toda orla y clasificación. Más luego están las sueltas de animales adquiridos como mascotas que, un buen día, estorban en casa o dejan de tener el aprecio inicial y son liberados al medio natural. Los patógenos hallan, pues, circunstancias más que favorables para brotar donde menos se les espera. "Parecía que a los anfibios les iba fatal pero, en este estado, parecían a salvo en sitios conservados. Sin embargo sucede que, aunque no haya impactos sobre el medio, acaban llegando. Al ser sitios más visitados por turistas o mucha gente las posibilidades son más fuertes" expresa Boch, que hace especial hincapié en que hoy día "las personas mueven animales de un sitio para otro".

Los estudiosos tratan de conocer a fondo los nuevos patógenos y de atajar sus letales impactos llevando a cabo "programas de conservación y de cría en cautividad de las especies más amenazadas". E boca de los implicados en la curación, "el tiempo corre en contra de los anfibios" y corren las prisas por dejar en el pasado la maldita quitridiomicosis que arrasa a los anfibios que durante siglos y siglos han dado vida a miles de lagunas, charcas y fuentes del medio rural y natural.

Por los trabajos realizados hasta la fecha se sabe que el hongo desciende "cuando se da un aumento de la temperatura del agua", por ser más inmunes los animales de sangre fría y morir el quitidrio, también llamado "hongo asesino", y que también desaparece en ambientes resecos. En sus empeños por despojar del medio estas enfermedades emergentes, los científicos también proceden al vallado de algunas masas de agua para evitar la propagación al impedir la interrelación de ejemplares externos con los enclaustrados. Más luego experimentan con algunos ejemplares para potenciar su inmunidad a los contagios de los hongos y virus que en estos momentos se hospedan y arrasan sin problemas allí donde se instalan.

Bosch resalta la importancia que tiene en la posible transmisión de las enfermedades el comportamiento humano. La gente mueve muchos animales de un sitio para otro. En tienda de mascotas compran un tritón japonés u otras especies que pueden estar afectadas y luego van a coger ranas. También los peces pueden transmitir el virus que afecta anfibios y reptiles, pero igualmente los peces se pueden contagiar y actuar como vectores. Hay pescadores que en las lagunas cogen alevines como cebo y luego se desplazan a otros lugares de pesca. Incluso pueden ser un medio de transmisión los excursionistas que pisan con sus botas las lagunas.

"Si no se toman medida seguro que se extenderá progresivamente a todos los sitios. Es como si no hubiese control ébola. Las autoridades tienen que controlar toda la llegada de animales vivos. Tanto el hongo como el virus son enfermedades de declaración obligatoria por ley, y España está suscrita a convenios internacionales, pero luego no hay control en aeropuertos" afirma Bosch.

Destaca, además, que "los anfibios son poblaciones más aisladas y genéticamente son poblaciones menos diversas; tienen menos contacto con otras y genéticamente tienen menos defensas con los patógenos y son más delicadas".