"No podemos vivir de espaldas a Portugal ni ellos de espaldas a nosotros". La reflexión del alcalde de Alcañices, Lorenzo Más, representa el sentir general de los habitantes y representantes públicos de la frontera. Es un hecho que la proximidad entre los pueblos ha generado un estado de convivencia hoy modélico. "La firma de Tratado de Límites (1864) nos vino bien a todos porque nos quitó muchos problemas" opina el alcalde de Hermisende José Ignacio González.

Tanto que aquel hecho histórico definió una división territorial que cada año renuevan los políticos. Es un acto meramente protocolario, en el fondo subyacen lazos que, a juicio de Lorenzo Más "quizás no hemos sabido aprovechar en tiempos pasados pero vamos aprendiendo y estamos trabajando en proyectos en común". En su caso ahora a través de un plan con Miranda do Douro para el saneamiento de la ribera o con planes de la Mancomunidad alistana con los concelhos de Vimioso y Miranda. "Hay fondos para planes transfronterizos, nos interesa ir unidos para aprovecharlos" defiende el alcalde de Alcañices.

"Hasta ahora, aunque las relaciones han sido buenas, hemos ido un poco por libre y no hemos conseguido nada. Los portugueses han estado más listos, han explotado más las ayudas europeas", reconoce Más. Porque al final se trata de afrontar el principal problema de la zona fronteriza: envejecimiento e imparable despoblación.

José Fernández, regidor de Puebla de Sanabria, pone el dedo en la llaga. "Es una pena que hayamos servido en Portugal y en España para ser Objetivo1 y luego esos fondos no han servido para permeabilizar la frontera". Más bien, lamenta, se han invertido en proyectos en Zamora que poco tenían que ver con el territorio periférico. Pese a todo Puebla ha sido capaz de captar fondos europeos gracias a la constitución de un grupo de trabajo con municipios lusos.

Como proyecto estrella en los despachos de las administraciones está esa ansiada declaración de Reserva de la Biosfera, "que puede estar muy bien desde el punto de vista de la protección pero tenemos que pensar en la población. Si este tipo de figuras nos van a impedir desarrollar otros planes como la carretera de León a Braganza por Puebla en la que hemos puesto tanto empeño pues quizás tengamos que reflexionar".

Partiendo de la base de que sin habitantes no hay desarrollo "puede que el debate territorial deba empezar por aquí" opina el regidor sanabrés y senador socialista. De hecho, desde Tras os Montes ya empiezan a organizarse grupos para arbitrar medidas contra la despoblación y por el rejuvenecimiento de un territorio altamente envejecido. Un debate que no quiere perderse Puebla.

Es el gran reto pues en lo tocante a las relaciones humanas José Fernández coincide con sus colegas: "son fantásticas" y en su caso se traducen en un "espacio común europeo" que desde hace años ha propiciado intercambios escolares, desde el punto de vista municipal o con visitas medioambientales, tanto al Parque de Montesinho como al Parque Natural del Lago.

Desde Hermisende su alcalde observa con sana envidia las infraestructuras realizadas en las ciudades del otro lado de la frontera. "Han sabido captar los fondos y tienen unas instalaciones muy buenas" certifica José Ignacio González. Al igual que sus colegas, plantea que el gran reto de este espacio de la periferia es "poner fin al despoblamiento", para lo cual "necesitamos que los políticos miren a esta zona; el mundo rural no es el alfoz de Zamora, hay que mirar a Porto, a Hermisende ... Este territorio fronterizo necesita que lo mimen un poco".

Figueruela de Arriba es el municipio de la comarca alistana con más territorio fronterizo y una proximidad entre pueblos de un lado y otro de la "Raya" que en el caso de Riomanzanas y Guadramil es de apenas dos kilómetros. "Son pueblos que se apoyan entre ellos, las relaciones son estupendas" apunta el alcalde Carlos Pérez Domínguez. Ni la lengua ni una frontera ahora del todo imaginaria obstaculizan la buena vecindad. "La relación cada vez es mejor", certifica el alcalde de Figueruela de Arriba. Y una de las pruebas en este municipio son las celebraciones conjuntas como la romería de La Petisqueira donde "todos somos uno".

Lo ratifica Manuel Miguel Rodríguez, regidor de Pedralba de la Pradería, al que pertenece Rihonor, el único pueblo que forma unidad con el portugués Río de Onor. Tal singularidad, lejos de crear discrepancias, ha hecho de estos núcleos un icono de buena vecindad. "Toda la vida han convivido como un solo pueblo" certifica el alcalde. "Al final España está en Portugal y Portugal en España porque el tránsito de un lado a otro se ha normalizado. En Rihonor hay fiestas que se celebran en conjunto, hay matrimonios de un lado y otro; es absurdo hablar de frontera", reflexiona Manuel Miguel Rodríguez.

En la comarca de Sayago es el río Duero-Douro el que traza una línea divisoria que no es tal en el ámbito humano. Nueve kilómetros distancian Torregamones de Miranda do Douro, un paseo que los vecinos de ambos pueblos han recorrido en muchas ocasiones. "Los sayagueses estamos como en nuestra casa cuando vamos allí y a ellos creo que les pasa lo mismo, aunque los portugueses han estado más atentos a la hora de aprender nuestro idioma y ofrecernos sus servicios" precisa Francisco J. Sánchez Pascual, alcalde de Torregamones.

Miranda do Douro ha sabido explotar su capacidad comercial y la villa tradicionalmente ha resuelto los problemas de abastecimiento de los sayagueses. No digamos de Torregamones, que evita en muchos casos los 50 kilómetros que les separan de Zamora. "En Miranda hay centros comerciales, puedes comprar de todo lo tienes al lado" apunta Sánchez Pascual.

La vecina Fermoselle, capital los Arribes, mira a Portugal desde la cercanía; "nuestras relaciones con ellos son muy fluidas y cordiales como no podía ser de otra manera" resume el alcalde Alejandro Fermoselle.