Los miembros de la Asociación Cultural de Cervantes han adelantado las cuotas para poder hacer frente a los gastos de restauración de la ermita de San Marcial, tras formalizar la cesión de uso del edificio con el Obispado de Astorga. El proyecto ha sido visado en el Colegio de Arquitectos y supervisado por el Servicio Territorial de Patrimonio que ha hecho las indicaciones para efectuar catas en las paredes por si aparecen o se conservan vestigios de frescos en sus muros.

El elemento constructivo más destacado, el arco de entrada al pequeño habitáculo, quedará restaurado y a la vista, ya que desaparecerá el portal que cierra actualmente la construcción que, por otro lado, se encuentra en mal estado. Los representantes de la asociación, Miguel Ángel Fernández y Elías Álvarez Perira, portavoz y tesorero respectivamente, puntualizan que el principal cometido de la asociación es preservar y conservar "el patrimonio etnográfico de un pueblo como Cervantes".

15.000 euros

El coste para restaurar el edificio asciende a 15.000 euros, que se adelantarán con fondos de la asociación y sus asociados que el pasado verano en asamblea acordaron adelantar el dinero para iniciar las obras y evitar un mayor deterioro. Los responsables de la asociación han mantenido reuniones con todas las administraciones, recientemente incluso con la Diputación provincial, para trasladar el problema de mantener el patrimonio etnográfico de los pueblos y la necesidad de que se inviertan sumas en estas pequeñas obras de programas como "Románico" que tiene poca repercusión en los enclaves rurales más pequeños.

No hay constancia documental sobre el origen de esta pequeña capilla, pero la imagen de San Marcial, que presidía la ermita, se ha datado entre los siglos XI y XIII de unos 70 centímetros de altura y de madera policromada. La talla del santo patrón, que se ha sometido a un proceso de restauración, se conserva en la iglesia parroquial donde se encuentran también las imágenes de la Virgen del Carmen y Santa Rita. En el pueblo de Cervantes nadie recuerda la última vez que se ofició una ceremonia religiosa en este edificio. Otros dos hechos parece que están constatados, por un lado que la ermita pudo ser la sede de la Cofradía del Santo Entierro y que se encontraba en el Camino de Santiago. Entre las versiones que se narran del origen de la ermita está la de un hacendado del pueblo que para ganar el perdón de sus pecados prometió la construcción de esta capilla, aunque no se encuentran datos precisos ni en los libros de fábricas del Obispado de Astorga ni en los archivos parroquiales que se quemaron.

El edificio de la Panera alberga una colección de objetos tradicionales que son el eje del museo etnográfico del pequeño pueblo. Esa colección está pendiente de una catalogación completa y de organizar su exposición dentro del pequeño edificio, con la colaboración del Museo Etnográfico de Zamora, además de su inclusión en la Guía Turística de la provincia. Dentro de la Panera se conserva una colección de utensilios para el cultivo y transformación del lino, principal materia textil que se empleaba en los pueblos.

El colectivo vecinal ha trasladado a la Asociación de Desarrollo Adisac-La Voz su interés por participar en el programa de fondos europeos destinados a las asociaciones sin ánimo de lucro, con la finalidad de potenciar el patrimonio endógeno con la musealización de esta colección. Los objetos donados por los vecinos están inventariados y registrados con los enseres familiares que cedieron cada uno de los propietarios, para su exposición, como precisan los representantes de la asociación.