Paulino Guerra Bartolomé -Fermoselle, 1963- llegó al periodismo de la mano de la literatura. "Mi pasión por la literatura tiene que ver con mi oficio", argumenta. Un gusanillo que alimenta con pinitos literarios que próximamente verán la luz en forma de un libro de cuentos. Licenciado en Ciencias de Información por la Universidad Complutense de Madrid, su carrera profesional está ligada a la agencia de noticias Europa Press, donde ingresó en 1989, especializándose en el área de Política y Nacional, y desde 2008 es director adjunto. Paralelamente ha colaborado con otros medios y en la actualidad lo hace en la tertulia de La Noche en 24 horas, de TVE.

-Hacer periodismo político tal y como está el panorama debe de ser todo menos aburrido, casi hasta de alto riesgo.

-Lo que hay que hacer es plantearse los temas con honestidad y tratar de convertir los rumores en noticias, confirmando, investigando, moviendo las fuentes. No creo que sea especialmente complicado, hay una dinámica de partidos que ganan, que pierden, que se van sustituyendo en el poder. Pero no creo que sea un campo especialmente difícil.

-Desde luego no comparado con la información sobre terrorismo, en la que ha trabajado.

-He hecho muchos años información de terrorismo y eso sí que era una cosa muy seria porque en el camino se quedaban vidas humanas, había gente que era perseguida y tenía que salir huyendo del País Vasco. Pero la política del día a día tampoco creo que sea tan complicada.

-Al menos gana interés cuando surgen fenómenos como Podemos, ¿qué recorrido adivina a este partido?

-En el caso de Podemos cuando estudias un poco su composición y sus propuestas, yo veo ahí un neocomunismo y luego mucha gimnasia revolucionaria procedente de Venezuela. Hacen propuestas inviables, esto de no pagar la deuda, del salario social para todos los españoles, la jubilación a los 60 años ? Eso es inviable, un gobierno hipotético de Podemos nos conduciría a modelos económicos fracasados como los que estamos viendo en Venezuela, además aquí sin petróleo.

-Pues en sus primeras elecciones emerge como cuarta fuerza política, quizá recogiendo la frustración y el desencanto de mucha gente.

-Pero con la frustración no se construye nada, con el grito y el cabreo no se construye nada. Insisto, me parecen propuestas que han fracasado, no ahora sino desde hace 50, 60, 70 años.

-¿La dispersión del voto de las últimas elecciones puede suponer el fin del bipartidismo?

-Vamos a ver, creo que tenemos problemas, problemas serios porque los partidos políticos mayoritarios en este momento tienen una mala opinión pública en general pero no creo que el modelo bipartidista esté amortizado.

-La emergencia de nuevos partidos y el desencanto del electorado dan a entender otra cosa.

-Hemos tenido unas elecciones europeas únicamente y el resultado es el que es, pero vamos a ver qué pasa en las municipales y en las generales. En el modelo bipartidista uno mira a Alemania, que es un país serio, mira a Francia que con sus dificultades también lo es, mira al Reino Unido donde es verdad que se ha roto la hegemonía entre conservadores y laboristas y han entrado los liberales. Pero se le da por muerto al bipartidismo y yo no lo veo así.

-¿Por qué?

-Vamos a ver si el PSOE consigue recuperarse de la mano de Pedro Sánchez. Los propios de Podemos en uno de sus documentos recientes decían que, ojo, porque si la crisis económica se iba superando y el PSOE de la mano del nuevo líder conseguía también remontar pues el voto de Podemos se podían quedar en expectativa. Entiendo el rechazo, pero también las elecciones europeas son especiales, no se juega nadie nada salvo que los partidos políticos que sacan más o menos escaños. Es que últimamente parece que hay que demolerlo todo.

-Y no ha sido tan malo...

-Con el modelo constitucional español del 78, que es una de las grandes bestias negras de Podemos, no nos ha ido tan mal. Es verdad que ha habido errores y sobre todo la corrupción y un modelo de las autonomías que se ha llenado de burocracia, pero en general en 30 años la renta per cápita ha crecido de manera importante, no hay más que ver las ciudades, las autovías ... Creo que todo no se ha hecho mal en España. Esto de querer demoler todo es bastante inútil y bastante ineficaz. Deberíamos distinguir lo que se ha hecho bien y criticar lo que se ha hecho mal. Lo que tiene que funcionar es el Estado de Derecho y eso significa que la Justicia que sea rápida, que los jueces sean de verdad independientes, y creo que muchos lo son. Esa es la batalla, sobre todo la batalla de la Justicia.

-Menciona la corrupción y es que ha hecho tanto daño que el ciudadano deja de creer hasta en los pilares del Estado.

-Lógicamente para la persona que está en desempleo, que tiene dificultades para llegar a final de mes, la visión de que algunos de sus representantes están inmersos en casos de corrupción desmoraliza al más pintado. La corrupción y también la crisis. Pero insisto, no me gusta ser agorero, yo tampoco diría que esto se va a caer de un día para otro. Si la economía repunta y el PSOE se refuerza pues igual no van a tener mayorías del ochenta por ciento pero bueno...

-Pedro Sánchez es todavía una incógnita para la gran mayoría ¿puede hacer recuperar al PSOE el terreno perdido?

-Prefiero esperar, lleva un mes y es muy pronto para hacer grandes juicios de valor.

-Hablemos un poco del oficio ¿las redes sociales están desvirtuando el periodismo?

-Al final el oficio de periodista es siempre el mismo, se trata de contar noticias, noticias confirmadas que sean ciertas. Las redes sociales pueden ser un complemento pero creo que no son sustitutas de nada. Yo tengo una frase para hablar de Twiter porque parece que todo el mundo está ahí, lo llamo un poco la cloaca de las vanidades porque ahí todo el mundo suelta su cosa, se comentan cosas que no están confirmadas, tonterías, a veces se dan noticias falsas.

-Eso es lo preocupante que se eleven a la categoría de noticia cosas sin fundamento.

-Sí pero al final decae. A veces las redes sociales lo que hacen es darte más trabajo porque tienes que confirmar algo que aparece ahí y no es cierto. Lógicamente estamos en crisis por una doble razón, la crisis económica que influye en la publicidad y luego tenemos la crisis del papel. Se han juntado las dos pero creo que saldremos de esta, no creo que sea el final del periodismo porque al final la gente necesitará tener noticias y periodistas te acerque a tu casa o a tu ordenador lo que está pasando en algún lugar del mundo o en el barrio más cercano. Por las redes sociales circula mucha basurilla y luego mucha vanidad, gente que quiere decir su frase y opinar sobre todo. Pero bueno al final la noticia es la noticia.

-Y mucho tertuliano y advenedizo con pocos conocimientos y mucho afán de protagonismo.

-Yo no soy un tertuliano, yo soy un periodista que hago análisis de lo que ocurre.

-Pero tienen mucha competencia de esos llamados tertulianos que dicen saber de todo.

-Bueno en realidad lleva mucho tiempo. Yo creo que lo mínimo que uno tiene que hacer cuando va a una tertulia es saberse los temas. Yo distingo entre el periodista que va a tertulias y el tertuliano, son dos categorías distintas. Una cosa es la persona que está trabajando en su redacción durante muchas horas y luego va a una tertulia a comentar los temas y hay otra gente que tiene como oficio el de tertuliano; creo que esas opiniones son más manidas, más tópicas, más de manual.