La iglesia de San Miguel de Moralina de Sayago se ha transformado un año más en una singular sala de exposiciones, un espacio para la contemplación de enseres y símbolos que han marcado el devenir del cristiano desde su nacimiento hasta el deceso. "Del bautismo al responso" es un repaso por la simbología religiosa ligada a la vida cotidiana cuando, antaño, no se concebía la existencia sin la presencia de Dios. Recordatorios, escapularios, bulas, fotografías, mobiliario religioso? La exposición organizada por la asociación cultural "La Veiga" de Moralina de Sayago evoca un tiempo pasado, aunque muy presente en las generaciones mayores, y también muy desconocido para los más jóvenes.

En la exposición puede contemplarse, por ejemplo, la "vela maría" que se colocaba en el Monumento el día de Jueves Santo y cuya cera se daba a los animales para curar enfermedades. O los llamados "detentes", escapularios de chapa o tela con la leyenda "detente, bala" que llevaban los soldados en la guerra para pedir protección al Corazón de Jesús si apuntaba el enemigo.

Hay bulas curiosas como las que libraban de los rigores penitenciales en cuaresma o la que se concedió a los obreros del Puente Pino para que pudieran trabajar en domingo a fin de avanzar en las obras, eso sí con la condición de que tuvieran dos horas libres para ir a misa. O bulas de dispensa de cosanguinidad para permitir matrimonios entre primos. Símbolos de unas obligaciones eclesiásticas que ya son historia. Como la comida al lado de la campana para aliviar el trabajo de los mozos que debían tocar durante toda la noche de difuntos.

"Son objetos cotidianos impregnados a las obligaciones religiosas" apunta el profesor Julio Borrego, miembro de la asociación "La Veiga" y uno de los inspiradores de esta muestra surgida por otro lado de "una lluvia de ideas en las tertulias del café". Un ejercicio de memoria de un tiempo aún muy presente en la feligresía. Tiempo de confesionarios, de rosarios, de escapularios, de medallas, de recordatorios y hasta de monumentos funerarios, tiempo de cilicios?

Y todo ha sido posible gracias a la colaboración de las parroquias de Villadepera, Villardiegua y Gamones, a parte de la anfitriona de Moralina de Sayago.