El Parque Natural Arribes del Duero registró este pasado puente del primero de mayo una sobresaliente corriente de visitantes que colmaron los alojamientos del espacio protegido y disfrutaron de los encantos de la villa de Fermoselle, del paisaje y de la explosión primaveral que embellece estas fechas el campo con numerosas plantas en plenitud floral.

La Casa del Parque «Convento de San Francisco», de Fermoselle, registró estos días un número de turistas «superior a la Semana Santa», de forma que mantuvo a plena dedicación al personal del centro.

Julia Sendín y Maribel Silvo atendieron en todo momento a personas procedentes en su mayor parte de la comunidad madrileña, pero también allegados de diversos pueblos de Salamanca, del país Vasco y de Zamora, en algunos casos animados por el personal de otras oficinas de turismo que les aconsejaron visitar en estas fechas este espacio zamorano-salmantino.

Los visitantes aprovecharon la bonanza del tiempo para disfrutar de Arribes del Duero y en la Casa del Parque fermosellana hallaron la información correspondiente, pero asimismo otros alicientes como el cuidado jardín botánico y las muestras artística acogidas en la Sala Vivo y en Directo.

Además de parejas, también se dejaron ver por la zona, familias al completo y grupos de amigos. Incluso llamó la atención un grupo de calesas tiradas por caballerías cuyos conductores y acompañantes quisieron disfrutar de los encantos del gran recorrido G-14, en buenas condiciones para este tipo de medio en algunos tramos, como el que discurre entre Fermoselle y Trabanca.

Por su parte, la artista lusa, Manuela Rodrigues, de Mogaduro, expone estas fechas una serie de sus trabajos de su creación. Su obra ha sido uno de los alicientes que han hallado los numerosos turistas que estas pasadas fechan han visitado el centro para conocer los aspectos más relevantes y distinguidos del Parque Natural Arribes del Duero. Es una artista que, según refiere al dar a conocer su trayectoria, piensa retornar a su tierra natal después de haber viajado por varios países y vivir en Holanda durante más de 25 años.

La mayor parte de sus trabajos están realizados en tela, con tintas acrílicas y al óleo, sintiendo desde hace años verdadera «fascinación y curiosidad» por las cosas que surgen al contemplarlas. Asimismo, expresa haber aprendido a trabajar «objetos de barro y bronce». Manuel Rodrigues asegura que los trabajos artísticos son la más pura manifestación «de su ser interior», y goza de plena libertad tanto a la hora de determinar la obra como el material elegido. Considera la artista lusa un crecimiento personal el desarrollo de su propio estilo, «reflejado en variedad de expresiones». Su trabajo ha formado parte de exposiciones y ferias de arte organizadas en diversos puntos de Holanda.

En la Casa del Parque de Fermoselle los visitantes tienen la oportunidad de contemplar una serie de trabajos representativos de la artista pero, según reflejan en el libro de visitas, la atención y la belleza del espacio protegido es algo que les marca y les invita «a volver».